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Cuidar nuestra salud

julio de 2016

Artículo destacado

Cuidar nuestra salud

Las vacunas nos protegen a todos

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Mujer siendo vacunada.

En nuestros hogares y nuestras comunidades compartimos más que la comida y la cultura. También podemos transmitir enfermedades. Afortunadamente, vivimos en una época en que las vacunas pueden protegernos de muchas de las enfermedades más graves. Tener las vacunas al día ayuda a que usted — y sus vecinos — eviten contraer y transmitir enfermedades.

Las vacunas han logrado reducir en gran medida las enfermedades y las muertes, tanto en niños como en adultos, en comparación con la "época en que no había vacunas", dice el Dr. David M. Koelle, experto en vacunas de la Universidad de Washington, en Seattle. Según un informe reciente, las vacunas permitirán prevenir aproximadamente 322 millones de enfermedades, 21 millones de hospitalizaciones y 732.000 muertes en los niños estadounidenses nacidos en los últimos 20 años.

Las vacunas mejoran la habilidad natural de su sistema inmunitario para detectar y destruir los gérmenes que causan enfermedades y luego "recordar" la mejor manera de combatir estos gérmenes en el futuro. La vacunación, o inmunización, ha eliminado completamente la viruela por causas naturales en todo el mundo, a tal punto que ya no es necesario vacunarse contra esta enfermedad de rápida propagación, que en el pasado era mortal. La polio también ha sido eliminada en los Estados Unidos y en la mayoría de las demás naciones gracias a las inmunizaciones. El poliovirus puede afectar el cerebro y la médula espinal, lo que hace que las personas no puedan mover los brazos o las piernas, y a veces no puedan respirar.

"Estas enfermedades de la infancia solían ser problemas temidos que podían matar o paralizar a los niños", dice Koelle. "En la década de 1950 era común que los niños estuvieran bien en primavera, tuvieran la polio en verano, y luego volvieran a la escuela en otoño sin poder caminar".

Los expertos recomiendan que los niños y adolescentes sanos reciban vacunas contra 16 enfermedades (vea la sección Elecciones inteligentes). Con esta lista creciente, muchas enfermedades que causaban discapacidad o muerte — incluidos el sarampión, la rubéola y la tos ferina — se han reducido significativamente en los Estados Unidos. Pero a diferencia de la viruela, los gérmenes o patógenos que causan estas enfermedades todavía existen en el mundo.

"Hoy en día, los riesgos de no estar vacunado en un país desarrollado, como los Estados Unidos, podrían parecer menores a primera vista, ya que, gracias a la vacunación y a otros avances en la salud pública, las tasas de infección son bajas", dice Koelle. "Pero vivimos en una época de viajes internacionales y podemos estar expuestos a patógenos móviles". Por lo tanto, incluso si usted no viaja, un vecino o compañero de escuela podría viajar al exterior y volver a introducir la enfermedad en su zona.

"Cuando las tasas de vacunación bajan, podrían reaparecer las enfermedades", explica el Dr. Saad Omer, investigador de la salud mundial de la Universidad de Emory, en Atlanta. Por ejemplo, el sarampión fue eliminado por completo en los Estados Unidos en el año 2000. Pero, desde entonces, han aparecido cientos de casos relacionados con viajes, con un aumento repentino en 2014 con más de 600 casos de sarampión.

Omer y sus colegas examinaron informes sobre brotes de sarampión en los Estados Unidos desde el 2000. "Descubrimos que los casos de sarampión se dieron principalmente en personas que no estaban vacunadas y en comunidades con bajas tasas de vacunación. Esto es aplicable a muchas enfermedades que se pueden prevenir con vacunas", dice Omer. En la mayoría de los casos de falta de vacunación, se trataba de personas que elegían no vacunarse o no vacunar a sus hijos por razones no médicas.

Cuando una cantidad suficiente de personas está vacunada, toda la comunidad se protege de la enfermedad. Esto se conoce como inmunidad de la comunidad, y ayuda a evitar que la enfermedad se propague. Además, protege a las personas más vulnerables, como recién nacidos, personas mayores y personas que están luchando con enfermedades graves como el cáncer. En estos momentos, el sistema inmunitario de estas personas suele ser demasiado débil para defenderse de las enfermedades y podría no ser lo suficientemente fuerte como para recibir una vacuna. Evitar que estén expuestos a la enfermedad es clave para cuidar su salud.

"Recibir las vacunas recomendadas es muy beneficioso para todos", explica la Dra. Martha Alexander-Miller, experta en el sistema inmunitario en el Wake Forest Baptist Medical Center en Winston-Salem, NC. "Primero que nada, las vacunas lo protegen a usted. Pero también limitan la presencia de los agentes que causan enfermedades y que circulan en la comunidad. Por lo tanto, usted está ayudando a proteger a las personas que no son capaces de protegerse a sí mismas, por ejemplo, porque son demasiado jóvenes para recibir vacunas".

Cuando se vacuna a una mujer embarazada, la protección inmunitaria puede pasar al feto a través de la placenta. "Al principio, el sistema inmunitario del bebé es inmaduro. Por lo tanto, hay un período de vulnerabilidad en que puede padecer una enfermedad o morir", explica Omer. "Pero los anticuerpos — proteínas formadas por el sistema inmunitario — de la madre pueden proteger al bebé".

Los médicos recomiendan que las futuras madres reciban tanto la vacuna contra la gripe como la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTaP por sus siglas en inglés) para que sus cuerpos produzcan anticuerpos contra estas enfermedades. Los anticuerpos de la madre pueden ayudar a proteger al recién nacido hasta que pueda recibir sus propias vacunas.

Algunas vacunas deben darse antes del embarazo. La rubéola, por ejemplo, puede causar defectos de nacimiento que cambian la vida o un aborto espontáneo, si se contrae durante el embarazo. No hay tratamiento para la enfermedad, pero vacunarse contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR por sus siglas en inglés) antes del embarazo ayuda a prevenirla. Se están estudiando otras vacunas para muchas enfermedades comunes que ponen en riesgo a los recién nacidos.

"Hemos logrado avances impresionantes en el desarrollo de vacunas efectivas", dice Alexander-Miller. "Nuestra habilidad para logar esos avances significativos es el resultado final de investigaciones muy básicas que se llevaron a cabo durante años y años. Pero todavía no sabemos todo lo que necesitamos sobre cómo crear la mejor vacuna". Científicos financiados por los NIH continúan investigando nuevas maneras de estimular la protección contra varias enfermedades.

Koelle estudia cómo nuestros cuerpos combaten los virus del herpes. Hay 8 tipos de virus del herpes relacionados, pero el cuerpo responde de manera diferente a cada uno. Por el momento, solo tenemos vacuna para uno: el virus de la varicela-zóster, que causa la varicela y el herpes zóster (culebrilla).

El equipo de Koelle está comparando cómo nuestro sistema inmunitario responde a los virus de la varicela y del herpes simple, que causa úlceras bucales y genitales. "Esperamos aprovechar el éxito alcanzado con la vacuna contra la varicela para ver si podemos crear una vacuna que sea efectiva tanto para la varicela y la culebrilla como para el herpes simple", dice.

Los investigadores también están trabajando para mejorar las vacunas existentes. Algunas vacunas requieren varias dosis para provocar una respuesta inmunitaria fuerte. La protección de otras vacunas puede ir desapareciendo con el tiempo, por lo que podrían ser necesarias dosis de refuerzo. Algunas vacunas, como la de la gripe, requieren una vacuna cada año porque los virus cambian, por lo que la vacuna ya no protege contra las nuevas cepas. Por este motivo, es importante que tenga al día las últimas vacunas contra la gripe.

Pregunte en el consultorio de su médico si sus vacunas están al día. También podrá encontrar registros de vacunaciones en los departamentos de salud o las escuelas de su estado. Si no puede encontrar sus registros, pregúntele a su médico si sería conveniente recibir una vacuna que tal vez ya haya recibido antes.

En su mayoría, los efectos secundarios de las vacunas son leves, como dolor en el brazo, dolor de cabeza y fiebre baja.

"Es fácil no darle a las vacunas la importancia que tienen porque nunca sabrá todas las veces que habría estado muy enfermo si no hubiera estado vacunado", dice Alexander-Miller.

Ayude a su comunidad a mantener a raya las enfermedades: tenga al día sus vacunas.

Más información en http://www.cdc.gov/vaccines/parents/downloads/parent-ver-sch-0-6yrs-sp.pdf (del nacimiento a los 6 años), http://www.cdc.gov/vaccines/who/teens/downloads/parent-version-schedule-7-18yrs-sp.pdf (preadolescentes y adolescentes), y http://www.cdc.gov/vaccines/schedules/downloads/adult/adult-schedule-easy-read-sp.pdf (adultos).

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