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Enfocarse en el TDAH

septiembre de 2014

Artículo destacado

Enfocarse en el TDAH

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad

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Ilustración de un hombre que ayuda a su hijo a hacer las tareas escolares.

La mayoría de los niños son a veces inquietos, distraídos o impulsivos. Es parte de ser un niño. Sin embargo, a veces tienen problemas para prestar atención, mantenerse concentrados y para finalizar sus tareas, a tal punto que esto interfiere con sus amistades, la vida familiar y las actividades de la escuela. Estas dificultades pueden ser indicadores de un trastorno de desarrollo conocido como trastorno por déficit de atención e hiperactividad, o TDAH.

El TDAH es una afección cerebral usual en los niños. En todo el país, se les ha diagnosticado TDAH a más de 1 de cada 10 niños de entre 4 y 17 años. Muchos presentarán algunos o todos los síntomas en la adultez. Si bien no existe una cura para el TDAH, puede tratarse y manejarse con medicamentos y terapia.

“Los niños con TDAH tienen dificultades para desempeñarse en la escuela, tienen problemas con sus amistades, con las actividades, en el hogar o en la comunidad”, explica el Dr. Benedetto Vitiello, psiquiatra y experto del NIH en salud mental infantil. “El diagnóstico se realiza porque el nivel de hiperactividad o la falta de concentración es extrema e impide que el niño se comprometa con las tareas esperadas que corresponden a su desarrollo”.

El diagnóstico de TDAH por lo general se realiza alrededor de los 7 años, pero los casos más graves pueden identificarse antes. Con frecuencia, el maestro o los padres advierten que el niño parece estar fuera de control y tiene problemas de comportamiento más graves y persistentes que otros niños de la misma edad.

Algunos niños con TDAH son hiperactivos (extremadamente activos) e impulsivos (actúan rápidamente sin pensar). Los niños hiperactivos están constantemente en movimiento, se mueven mucho y les cuesta quedarse quietos. Son impacientes y les cuesta controlar su comportamiento o esperar su turno.

Otros niños con TDAH, en particular las niñas, son principalmente distraídos (tienen problemas para prestar atención). Los niños con TDAH que son distraídos tienen problemas para concentrarse y seguir instrucciones. Con frecuencia olvidan o pierden cosas, no pueden organizarse ni completar deberes o quehaceres. La mayoría de los niños con TDAH padecen una combinación de los tipos distraído e hiperactivo-impulsivo.

Los investigadores han estado estudiando las causas del TDAH. Esta afección tiende a presentarse en las familias, pero los expertos creen que existen ciertos factores que pueden ser de importancia. Los estudios sugieren que algunos aspectos del desarrollo cerebral pueden demorarse 2 o 3 años en niños con TDAH, en especial en las partes del cerebro relacionadas con el pensamiento, la planificación y la concentración. En el caso muchos niños, dice Vitiello, el cerebro luego se desarrolla normalmente y ellos alcanzan el ritmo de los otros, aunque algunos síntomas pueden acompañarlos por el resto de sus vidas.

No existe un único examen para diagnosticar TDAH. Si le preocupa el TDAH, hable con el pediatra de su hijo o con un especialista en salud mental. Los medicamentos y la terapia pueden ayudar a los niños a concentrarse y a aprender habilidades, de manera tal que eventualmente no necesiten recordatorios constantes para hacer y terminar tareas de rutina.

“Asegúrese de contar con un buen cronograma de actividades y un buen sistema para ratificar que el niño termine las tareas que empieza”, explica Vitiello. “Recompense al niño por su buen comportamiento y no aliente la distracción, la impulsividad u otros comportamientos problemáticos”.

Vitiello agrega que los mejores medicamentos para tratar el TDAH son los estimulantes. Estos reducen la hiperactividad y mejoran la atención. Los niños que tomen estos fármacos deben estar supervisados por un médico. Si los síntomas no mejoran, o aparecen efectos secundarios (pérdida de apetito, dificultad para dormir o ansiedad, por ejemplo), es posible que el médico reduzca la dosis o cambie el medicamento.

“Dado que existen distinto tipos y formas de la enfermedad”, dice Vitiello, “cada niño y cada familia deben identificar y personalizar el enfoque para el niño, sin depender únicamente del medicamento”.

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