Enfrentando la demencia
enero de 2014
Artículo destacado
Enfrentando la demencia
Cuando el pensamiento y el comportamiento declinan
La pérdida de la memoria, la confusión o los problemas para recordar un nombre o una palabra pueden ser parte normal de la vida. Pero cuando los problemas de pensamiento o un comportamiento inusual comienzan a interferir con las actividades cotidianas — tales como el trabajo, la preparación de las comidas o el manejo de las finanzas — es el momento de ir a un médico. Estos podrían ser síntomas de una afección conocida como demencia.
La demencia es un trastorno cerebral que afecta con mayor frecuencia a los ancianos. Es causada por la falla o la muerte de las células nerviosas en el cerebro. Se estima que hasta la mitad de las personas de 85 años o mayores pueden tener la enfermedad de Alzheimer, la causa más común de demencia. Aunque la edad es el mayor factor de riesgo para la demencia, esta no es una parte normal del envejecimiento. Algunas personas viven hasta los 90 años y más sin presentar ningún signo de demencia.
"La demencia no es realmente una enfermedad en sí. Por el contrario, la demencia es un grupo de síntomas que pueden ser causados por muchas enfermedades diferentes", señala el doctor Sanjay Asthana, que dirige un centro para la enfermedad de Alzheimer respaldado por los NIH en la Universidad de Wisconsin. "Los síntomas de la demencia pueden incluir problemas con la memoria, el pensamiento y el lenguaje, junto con un deterioro de las habilidades sociales y algunos síntomas de comportamiento".
Hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar demencia. Estos incluyen el envejecimiento, el tabaquismo, la diabetes no controlada, la presión arterial alta y el consumo excesivo de alcohol. El riesgo también aumenta si hay familiares que hayan tenido demencia.
La demencia puede ser revertida cuando es causada por deshidratación y otras enfermedades tratables. Pero la mayoría de las formas de demencia empeoran gradualmente con el tiempo y no se pueden corregir. Los científicos están buscando maneras de retrasar este proceso o de impedir que se inicie.
Las 2 causas más comunes de demencia en las personas mayores son la enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular, una afección que involucra cambios en el suministro de sangre al cerebro. La demencia vascular a menudo aparece a causa de un derrame cerebral o de la aterosclerosis (endurecimiento de las arterias) en el cerebro. Otras causas de la demencia incluyen la enfermedad de Parkinson, la infección por el VIH, una lesión en la cabeza y la demencia con cuerpos de Lewy. (Los cuerpos de Lewy son acumulaciones anormales de proteínas en las células del cerebro).
A menudo, la demencia en las personas menores de 60 años es causada por un grupo de enfermedades cerebrales denominadas trastornos frontotemporales. Estas afecciones se inician en la parte frontal o en los lados del cerebro y se diseminan gradualmente. También existe una forma rara hereditaria de la enfermedad de Alzheimer que les puede dar a personas de 30, 40 y 50 años de edad.
Los síntomas de la demencia pueden variar, dependiendo de cuáles regiones del cerebro son las que están dañadas. "En general, el lado izquierdo del cerebro está relacionado con el lenguaje y el lado derecho está muy relacionado con la conducta social", señala el doctor Bruce L. Miller, quien dirige un centro de demencia financiado por los NIH en la Universidad de California, San Francisco.
En el caso de un trastorno frontotemporal, "si comienza en el lado izquierdo del cerebro, tiende a haber un empeoramiento de los problemas de lenguaje; si comienza en el derecho, se afecta al comportamiento y puede confundirse con una enfermedad psiquiátrica", explica Miller. Los daños en zonas particulares del lado izquierdo del cerebro pueden hacer que las personas se vuelvan apáticas, que pierdan sus inhibiciones o que no muestren consideración por los sentimientos de los demás.
Con la enfermedad de Alzheimer, lo primero que se afecta son las áreas relacionadas con la memoria en la parte inferior y posterior del cerebro. Otros tipos de demencia pueden afectar las regiones que controlan el movimiento.
"Los tratamientos para todos estos trastornos son ligeramente diferentes", señala Miller. Por eso es importante obtener un diagnóstico preciso.
Debido a que hay diferentes tipos de demencia que pueden presentar síntomas que se superponen y que algunas personas pueden tener más de una enfermedad subyacente, lo mejor es ver a un médico que tenga experiencia en el diagnóstico de la demencia.
"Los NIH tienen centros especializados en todo el país que cuentan con clínicas que pueden diagnosticar y evaluar a los pacientes con enfermedad de Alzheimer y demencia", señala Asthana. (Para obtener información sobre estos centros de los NIH, visite www.nia.nih.gov/alzheimers/alzheimers-disease-research-centers.)
Para hacer un diagnóstico, los médicos suelen preguntar sobre el historial médico de una persona y realizar un examen físico, incluyendo exámenes de sangre. También verifican la capacidad mental y a veces realizan gammagrafías cerebrales. Estos exámenes pueden determinar si los síntomas están relacionados con una enfermedad que se puede tratar — tal como la depresión, una infección, los efectos secundarios de un medicamento o la deficiencia de vitamina B12.
Con algunos tipos de demencia no se puede hacer un diagnóstico claro hasta que se examina el cerebro después de la muerte. "No existe ningún examen de sangre simple o gammagrafía cerebral para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer u otros tipos de demencia con certeza", señala Asthana. "En estos casos, sólo se puede hacer un diagnóstico definitivo en la autopsia".
Muchos investigadores están trabajando para cambiar eso. Hace más de una década, los científicos respaldados por los NIH encontraron una manera de detectar los signos de la enfermedad de Alzheimer en los cerebros de las personas vivas. Sus sofisticadas gammagrafías cerebrales pueden detectar acumulaciones de proteínas anormales conocidas como placas amiloides. Todas las personas con enfermedad de Alzheimer tienen placas amiloides. Pero también se puede encontrar una extensa acumulación de placas en algunas personas que no presentan síntomas de demencia. Debido a esta incertidumbre, los diagnósticos por imágenes de amiloides no se consideran una herramienta definitiva para el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer. No obstante, se están utilizando ampliamente en los estudios de investigación clínica.
"En este momento, un gran cantidad del trabajo de investigación se centra en las etapas pre-sintomáticas de la enfermedad, en las que podemos encontrar evidencia de la proteína amiloide antes de que una persona presente síntomas. Podemos realizar pruebas para ver si los medicamentos pueden retrasar o prevenir la acumulación de esta proteína amiloide", señala Asthana. "Hasta el momento, ningún estudio ha demostrado que despejar el cerebro de la proteína amiloide puede realmente traducirse en un mejoramiento de los síntomas".
Se utilizan distintos tipos de medicamentos para tratar la enfermedad de Alzheimer, la demencia de Parkinson y otras formas de demencia. Estos medicamentos pueden mejorar los síntomas, pero ninguno puede detener o revertir el daño progresivo al cerebro.
"En cambio, si la demencia se debe a una enfermedad vascular, hay muchas cosas que podemos hacer para evitar que progrese. Son las mismas cosas que hacemos para prevenir la enfermedad cardiovascular", señala la doctora Helena Chui, directora de un centro de Alzheimer financiado por los NIH en la Universidad del Sur de California. "Algunos pacientes reciben medicamentos anticoagulantes. A otros se les dan medicamentos para mantener la presión arterial, el colesterol y la diabetes bajo control".
Chui señala que un estilo de vida saludable puede ayudar a proteger el cerebro del envejecimiento. "El ejercicio regular, una dieta saludable para el corazón y evitar fumar pueden reducir el riesgo de sufrir enfermedades del corazón y demencia", señala ella. Participar en actividades sociales e intelectualmente estimulantes también podría ayudar a proteger la función cerebral. "Usted puede cambiar su trayectoria hacia un cerebro más sano tomando decisiones saludables", señala Chui.
Elecciones sabias
Los Signos de la Demencia
La demencia no es una enfermedad; es un conjunto de síntomas. Consulte a un médico si estos síntomas están interfiriendo con su vida cotidiana:
- Repetir la misma historia o pregunta una y otra vez
- Perderse en lugares conocidos
- Delirios o comportamiento agitado
- Problemas con el lenguaje, los movimientos o el reconocimiento de objetos
- Problemas de memoria o de concentración
- Dificultad para seguir instrucciones
- Desorientarse con el tiempo, la gente y los lugares
- Descuidar la seguridad personal, la higiene y la nutrición