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Mantenerse activos físicamente en comunidad

junio de 2024

Artículo destacado

Mantenerse activos físicamente en comunidad

El apoyo social puede ayudarle a estar en movimiento

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Ilustración de un grupo de amigos jugando sóftbol, posando para una foto del equipo.

La actividad física tiene muchos beneficios. Caminar, correr, andar en bicicleta, nadar, levantar pesas, practicar deportes y moverse más pueden agregar años a su vida. La actividad física puede mejorar su salud, estado de ánimo y niveles de energía, pero a veces puede faltar la inspiración para ponerse en movimiento. Este es el momento en que los amigos, la familia y otras relaciones sociales pueden ayudar.

Las investigaciones científicas han demostrado que relacionarnos con otras personas, lo que se denomina apoyo social, puede ayudarnos a mantenernos activos y realizar cambios para mejorar nuestra salud. Otras personas pueden ayudarnos a iniciar, continuar o aumentar cuánto nos movemos. También pueden ayudarnos a hacer de la actividad física un hábito.

“Todavía tenemos mucho que aprender sobre los diferentes efectos que el apoyo social puede proporcionar. Pero hace tiempo que se reconoce que las personas que tienen un mayor apoyo social tienden a ser más activas físicamente”, dice la doctora Elise Rice, experta en ciencias sociales y del comportamiento de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés). “Hay muchos tipos diferentes de apoyo social”.

El apoyo social no incluye solo a personas que usted ya conoce. Puede incluir grupos que le ayuden a estar activo, como clubes de caminatas o de excursiones. También puede significar tomar clases de ejercicio, ya sea presenciales o a través de internet. Incluso existen comunidades de redes sociales que brindan apoyo social para apoyar el ejercicio.

El apoyo social puede ayudar a personas de todas las edades y capacidades a realizar más actividad física, incluso a aquellas con problemas de salud crónicos (de larga duración).

Cuanto más, mejor

El apoyo social puede hacer que la actividad física sea más divertida y atractiva. Y estar activo es un objetivo importante para casi todos.

La actividad física constante puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades graves. Estas incluyen las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y el cáncer. La actividad física puede potenciar la salud del cerebro, mejorar el sueño y más.

Sin embargo, la mayoría de los adultos estadounidenses no realizan la cantidad recomendada de actividad física. Esto equivale a al menos dos horas y media de actividad física moderada cada semana, como por ejemplo caminar a paso rápido. También se recomiendan actividades de fortalecimiento muscular, como levantar pesas, al menos dos veces por semana.

Realizar tanta actividad física puede parecer un desafío. “Pero, en realidad, cualquier cantidad de actividad física es mejor que ninguna”, dice la doctora Laurie Friedman Donze, sicóloga clínica de los NIH que supervisa los programas de investigaciones científicas sobre la salud del corazón. “Incluso breves períodos de actividad física a lo largo del día pueden resultar útiles, como 5 o 10 minutos cada vez”.

Hay muchas maneras en que sus amigos y otras personas pueden ayudarlo a estar y mantenerse activo. “La compañía es parte de ello”, explica Donze. “Estar activo con alguien puede hacer que la actividad física sea más placentera. Puede proporcionarle el estímulo que le permitirá seguir adelante. Y, según investigaciones científicas, se ha descubierto que el apoyo social puede aumentar la autoeficacia, que es la sensación de que uno puede hacer algo y tener éxito”.

Encontrar una actividad física que disfrute suele ser la clave del éxito, dice Donze, “porque si no la disfruta, será difícil convertirla en un hábito diario o semanal”.

Planificar juntos

Hacer un plan con alguien y cumplirlo puede resultar especialmente útil. Planeen reunirse en determinados momentos para mantenerse activos juntos. O planeen comunicarse entre sí periódicamente en momentos específicos. Pueden compartir éxitos y dificultades.

“Si hace un plan para estar activo con un amigo o familiar, es más probable que cumpla ese compromiso. Se reunirán según lo acordado”, dice Donze. “Le ayuda a ser responsable”.

Según ciertas investigaciones científicas, interactuar con otras personas también puede ayudarle a establecer y alcanzar objetivos. Las personas pueden ayudarse mutuamente a mantenerse físicamente activas, incluso si no hacen ejercicio juntas. “Pueden compartir información sobre recursos importantes, como buenas clases de ejercicio o buenos lugares para caminar o hacer excursiones”, dice Donze.

Y puede ayudar si lo convierte en algo divertido. Un estudio respaldado por los NIH encontró que un enfoque basado en juegos ayudó a las personas a mantenerse activas después de ser dadas de alta del hospital. Los participantes del estudio llevaban un dispositivo de conteo de pasos. Ganaron puntos relacionados con un juego y recibieron comentarios positivos por cumplir las metas de cantidad de pasos. Cada uno también eligió un compañero de apoyo, como un amigo o un familiar, para ayudarlos a ser responsables. Los compañeros recibieron actualizaciones por correo electrónico sobre el progreso de los participantes. También brindaron ánimo.

Al final de las 12 semanas, las personas que tuvieron una mayor interacción social tuvieron un aumento significativo en los pasos diarios. Se está realizando un estudio de seguimiento para ver si un entrenador a través de internet puede impulsar aún más la actividad física.

Superar los obstáculos

“Ciertos grupos de personas tienen barreras específicas que pueden impedirles mantenerse activos”, explica Rice. “Por ejemplo, los adultos mayores que han tenido un problema de salud importante, como un ataque cardíaco, pueden tener ansiedad o inquietudes acerca de la actividad física. Sin embargo, la actividad es muy importante para su salud y recuperación”.

Algunos investigadores han estado estudiando cómo las prácticas meditativas, como el taichí, pueden ayudar a las personas que tienen enfermedades crónicas a mantenerse activas. El taichí es una antigua práctica de mente y cuerpo. Implica ciertas posturas y movimientos suaves. A menudo enfatiza los patrones de respiración, la concentración mental y la relajación.

Un equipo dirigido por la doctora Gloria Y. Yeh del Centro Médico Beth Israel Deaconess desarrolló y probó diferentes programas y clases de taichí. Su objetivo era fomentar la actividad física en personas con enfermedades cardíacas o pulmonares.

El equipo descubrió que las personas con problemas de salud graves suelen tener preocupaciones que les impiden mantenerse activas. “Es posible que eviten ir al gimnasio porque les da vergüenza no poder hacer lo que otras personas pueden hacer”, dice Yeh. “O pueden quedarse sin aliento muy rápidamente, lo que puede causar miedo y ansiedad”.

Pero Yeh y otros descubrieron que ser parte de un grupo puede tener un impacto positivo. “Hay algo poderoso en la experiencia compartida. Ven a otras personas que tienen un problema médico similar y que ahora pueden hacer ejercicio. Eso crea un ejemplo: si ellos pueden hacerlo, yo también puedo”, explica Yeh. “Las clases de movimiento meditativo realmente tratan de hacer las cosas en pequeños pasos, haciendo todo lo posible para fomentar la confianza en uno mismo para poder hacer más”.

Hay muchas maneras en que las relaciones sociales pueden ayudarnos a ponernos en movimiento. Pero también es cierto que los vínculos sociales son importantes en su propio mérito”.

El apoyo social en sí mismo es realmente importante y esencial para la salud y el bienestar”, afirma Rice. Consulte la sección destacada “Elecciones sabias” para saber sobre más formas activas de relacionarse con los demás.

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