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Cuando los vasos sanguíneos se deforman

agosto de 2024

Artículo destacado

Cuando los vasos sanguíneos se deforman

Comprendiendo las malformaciones vasculares

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Ilustración de un médico mostrándole a una paciente una resonancia magnética (RM) del cerebro.

Los vasos sanguíneos se distribuyen por todo el cuerpo. Se encargan de que la sangre, y el oxígeno que esta transporta, lleguen a todas las células y tejidos del cuerpo. Las arterias transportan sangre rica en oxígeno desde su corazón hacia los órganos y los tejidos. Las venas llevan la sangre de vuelta al corazón para recoger más oxígeno, y unos pequeños vasos llamados capilares conectan las arterias a las venas.

Sin embargo, a veces los vasos sanguíneos no crecen correctamente. Cuando los vasos sanguíneos del cerebro se forman de manera anormal, se denominan malformaciones vasculares.

Existen varios tipos de malformaciones vasculares. Algunas presentan poco riesgo, pero hay dos tipos que corren mayor riesgo de tener filtraciones de sangre o romperse. Esto puede provocar hemorragias en el cerebro que pueden causar lesiones cerebrales o la muerte. Se trata de las malformaciones arteriovenosas (MAV, o AVMs, por sus siglas en inglés) y las malformaciones cavernosas cerebrales (MCC, o CCMs, por sus siglas en inglés), también denominadas angiomas cavernosos.

En las MAV, las arterias no se conectan a los capilares si no que lo hacen directamente a las venas. Son como cortocircuitos en su circulación sanguínea. La sangre entra en las venas mucho más rápido de lo normal, lo que provoca presión arterial alta en los vasos sanguíneos.

En las MCC, los capilares del cerebro pueden hincharse más de 20 veces su ancho habitual. La sangre se acumula en estos capilares dilatados. Las paredes pueden estirarse hasta el punto de rotura.

Tanto las MAV como las MCC tensan las paredes de los vasos sanguíneos, lo que aumenta las probabilidades de rotura. También pueden ejercer presión sobre partes del cerebro.

Las MAV y las MCC son poco frecuentes. Cada una de ellas afecta a menos del 1% de las personas. Muchas personas que las tienen podrían no saberlo. La mayoría de las personas con MAV o MCC solo presentan síntomas leves, como dolores de cabeza o mareos. Es posible que no presenten ningún síntoma. Sin embargo, cuando una malformación  empieza a sangrar, puede provocar convulsiones o accidentes cerebrovasculares. También es más probable que vuelva a sangrar. Consulte la  sección “Decisiones inteligentes” para conocer más síntomas.

A veces, las malformaciones vasculares pueden extirparse o repararse mediante cirugía. Los médicos también pueden utilizar un rayo concentrado de radiación para destruirlas. Algunas MAV pueden taponarse con un tipo de pegamento que se introduce por un tubo en una arteria. Sin embargo, estos procedimientos pueden ser arriesgados, sobre todo si la malformación se encuentra en el interior del cerebro.

Si la malformación aún no ha sangrado, lo más seguro podría ser simplemente mantenerla bajo observación. Los medicamentos pueden ayudar con algunos síntomas, como los dolores de cabeza y las convulsiones.

“Todo depende de dónde se encuentre la malformación en el cerebro y cuál sea el riesgo del tratamiento versus mantenerla bajo observación”, explica el doctor Issam Awad, neurocirujano de la Universidad de Chicago.

Awad investiga las causas subyacentes del desarrollo de malformaciones vasculares y hemorragias. A veces intervienen anomalías genéticas. Su equipo está estudiando si las bacterias intestinales pueden desempeñar algún papel. Han demostrado que las personas con MCC tienen diferentes tipos de bacterias intestinales en comparación a quienes no tienen MCC. También han encontrado ciertas moléculas en la sangre que están relacionadas con estas bacterias. Su equipo espera que estas moléculas puedan utilizarse algún día para comprobar si alguien desarrollará una MCC o si es probable que una MCC sangre.

Pero por ahora, hable con un proveedor de cuidado médico si le preocupa su historial médico familiar o los síntomas de una malformación vascular.

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