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Detengamos la propagación de las superbacterias

febrero de 2014

Artículo destacado

Detengamos la propagación de las superbacterias

Ayude a combatir las bacterias resistentes a los medicamentos

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Ilustración de una mujer con un clínex cerca de su cara mientras habla con su médico, quien tiene un talonario de recetas a la mano.

Durante casi un siglo, los medicamentos para combatir las bacterias, conocidos como antibióticos, han ayudado a controlar y destruir muchas de las bacterias dañinas que nos pueden enfermar. Pero en las últimas décadas los antibióticos han perdido su efectividad contra algunos tipos de bacterias. De hecho, ciertas bacterias ahora son imbatibles con las medicinas actuales. Lamentablemente, la forma en que hemos utilizado los antibióticos está ayudando a crear nuevas "superbacterias" resistentes a los medicamentos.

Las superbacterias son cepas de bacterias resistentes a varios tipos de antibióticos. Cada año, estas bacterias resistentes a los medicamentos infectan a más de 2 millones de personas en todo el país y matan a por lo menos 23.000, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Las formas resistentes a los medicamentos de la tuberculosis, la gonorrea y las infecciones por estafilococos son sólo algunos de los peligros que enfrentamos.

Los antibióticos están entre los medicamentos que más comúnmente se recetan a las personas. También se administra antibióticos al ganado para prevenir enfermedades y estimular el crecimiento. Los antibióticos son eficaces contra las infecciones bacterianas tales como la faringitis estreptocócica y algunos tipos de neumonía, las enfermedades diarreicas y las infecciones del oído. Sin embargo, estos medicamentos no funcionan en absoluto contra los virus, tales como los que causan los resfriados o la gripe.

Desafortunadamente, muchos de los antibióticos prescritos para las personas y para los animales son innecesarios. Y el abuso y el mal uso de los antibióticos contribuye a crear bacterias resistentes a los medicamentos.

Así es como esto puede suceder: cuando se utilizan correctamente, los antibióticos pueden ayudar a destruir las bacterias que causan las enfermedades. Pero si usted toma un antibiótico cuando tiene una infección viral como la gripe, el medicamento no afectará a los virus que hacen que usted se enferme. En lugar de eso, se destruirá una amplia variedad de bacterias en su cuerpo, incluyendo algunas de las bacterias "buenas" que lo ayudan a digerir los alimentos, combatir las infecciones y mantenerse sano. Las bacterias que son lo suficientemente fuertes como para sobrevivir al medicamento tendrán la oportunidad de crecer y multiplicarse rápidamente. Estas cepas resistentes a los medicamentos pueden incluso transmitirse a otras personas.

Con el tiempo, si cada vez más personas toman antibióticos cuando no es necesario, las bacterias resistentes a los medicamentos pueden seguir prosperando y propagándose. Incluso pueden compartir sus rasgos resistentes a los medicamentos con otras bacterias. Los medicamentos pueden ser menos eficaces o pueden no funcionar en absoluto en contra de ciertas bacterias que causan enfermedades.

"Las infecciones bacterianas que fueron tratables por décadas ya no responden a los antibióticos, incluso a los más nuevos", señala el doctor Dennis Dixon, un experto de los NIH en enfermedades bacterianas y fúngicas. Los científicos han estado tratando de mantenerse a la cabeza de la reciente aparición de bacterias resistentes a los medicamentos mediante el desarrollo de nuevos fármacos, pero es una tarea difícil.

"Tenemos que hacer el mejor uso de los medicamentos que tenemos, ya que no hay muchos en la línea de desarrollo de antibióticos", señala la doctora Jane Knisely, que supervisa los estudios de las bacterias resistentes a los medicamentos en los NIH. "Es importante entender la mejor manera de utilizar estos medicamentos para aumentar su eficacia y disminuir las posibilidades de que exista resistencia".

Usted puede ayudar a frenar la propagación de las bacterias resistentes a los medicamentos tomando antibióticos correctamente y sólo cuando sea necesario. No insista en un antibiótico si su proveedor de atención médica le indica lo contrario. Por ejemplo, muchos padres de familia esperan que los médicos prescriban antibióticos para la infección en el oído de un niño. Pero los expertos recomiendan esperar por un tiempo en ciertas situaciones, ya que muchas infecciones del oído mejoran sin antibióticos.

Los investigadores de los NIH han estado investigando si los antibióticos realmente son eficaces para el tratamiento de ciertas afecciones. Un estudio reciente demostró que los antibióticos pueden ser menos eficaces para el tratamiento de un tipo común de infección en los senos paranasales de lo que se pensaba anteriormente. Este tipo de investigación puede ayudar a prevenir el uso indebido y excesivo de antibióticos.

"El tratamiento de las infecciones con antibióticos es algo que queremos preservar para las generaciones futuras, por lo que no se debe abusar de ellos", señala la doctora Julie Segre, una investigadora principal de los NIH.

En el pasado, algunas de las superbacterias más peligrosas solo podían encontrarse en centros de atención médica. Esto se debe a que las personas que están enfermas o en un estado debilitado son más susceptibles a contraer infecciones. Pero las infecciones de las superbacterias no se limitan a los hospitales. Algunas cepas están afuera en la comunidad y cualquier persona, incluso las personas sanas, puede infectarse.

Una superbacteria cada vez más común que se encuentra fuera de los hospitales es la Staphylococcus aureus (MRSA) resistente a la meticilina. Estas bacterias no responden a la meticilina y a los antibióticos relacionados. MRSA puede causar infecciones de la piel y, en casos más graves, neumonía o infecciones del torrente sanguíneo.

Una infección de la piel por MRSA puede manifestarse como uno o más granos o forúnculos que producen hinchazón, dolor, o que son calientes al tacto. La infección se puede propagar incluso a través de un pequeño corte o rasguño que entre en contacto con estas bacterias. Muchas personas se recuperan de las infecciones por MRSA, pero algunos casos pueden ser mortales. El CDC estima que en los Estados Unidos cada año ocurren más de 80.000 infecciones agresivas por MRSA y 11.000 muertes relacionadas con esta bacteria.

Cuando se necesitan antibióticos, los médicos suelen prescribir uno suave antes de intentar algo más agresivo como la vancomicina. Estos antibióticos más nuevos pueden ser más tóxicos y más caros que los antiguos.

A la larga, las bacterias desarrollarán resistencia incluso a los nuevos medicamentos. En los últimos años, algunas superbacterias, como las bacterias Enterococci resistentes a la vancomicina, no se verán afectadas incluso por este antibiótico de último recurso.

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