El cáncer cervical puede ser fácil de pasar por alto. Generalmente no tiene síntomas. Sin embargo, usted puede hacerse una prueba de diagnóstico temprano para detectar el virus que causa casi todos los casos de cáncer cervical. Las pruebas detectan la presencia del virus del papiloma humano, o VPH (HPV, por sus siglas en inglés). El diagnóstico y tratamiento tempranos pueden prevenir el cáncer cervical y las muertes relacionadas.

Desafortunadamente, muchas mujeres nunca han tenido una prueba de detección temprana, o han retrasado tomarla. Los científicos apoyados por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) probaron si los índices de detección temprana podían ser mejorados mediante la recolección de muestras en el hogar. El estudio inscribió a cerca de 2,500 participantes cuyas pruebas de detección temprana estaban retrasadas.

Un grupo recibió una llamada telefónica invitándolo a recibir una prueba de detección temprana de cáncer cervical en una clínica. Otro grupo recibió una llamada similar, pero también recibió kits para recolectar sus propias muestras en su hogar. Las mujeres podían entonces devolverlos por correo para su análisis. El tercer grupo recibió una llamada, un kit y una llamada telefónica de seguimiento para motivarlos a retornar el kit.

Más del 40% de aquellas personas que recibieron sus kits para el hogar completaron las pruebas de detección temprana para el cáncer cervical. Tuvieron dos veces más probabilidad de realizar una prueba de detección temprana en comparación con quienes sólo recibieron un recordatorio telefónico. El índice de pruebas de detección temprana fue incluso más alto para aquellos que recibieron el kit por correo y una llamada de seguimiento. Los hallazgos dan indicios sobre que el acceso expedito a los kits para el hogar podría reducir los obstáculos para el diagnóstico temprano de este cáncer prevenible.

“Estos resultados muestran que las pruebas de autorrecolección podrían ser una solución para incrementar el acceso a la detección temprana”, dice el líder del estudio, la doctora Jane Montealegre, del Centro sobre el Cáncer MD Anderson de la Universidad de Texas. “Esto, a su vez, podría reducir el lastre del cáncer cervical en los Estados Unidos”.