El sistema de defensa contra enfermedades de su cuerpo, llamado sistema inmunológico, lucha todos los días. Lo ayuda a mantenerse saludable al combatir los virus y las bacterias que se cuelan en su cuerpo. Pero a veces, su sistema inmunológico comete errores. Si ve las células sanas de su cuerpo como una amenaza, puede atacarlas. Esto puede causar un trastorno autoinmune.

Hay muchas enfermedades autoinmunes diferentes. Algunos involucran solo un tipo de tejido. Por ejemplo, en una enfermedad llamada vasculitis, su sistema inmunológico ataca sus vasos sanguíneos. Otras enfermedades autoinmunes involucran muchas partes diferentes del cuerpo.

El lupus, por ejemplo, puede dañar la piel, el corazón, los pulmones y más.

La mayoría de enfermedades autoinmunes causan inflamación. Pero los síntomas que provocan dependen de las partes del cuerpo afectadas. Puede tener dolor en las articulaciones o los músculos. O puede experimentar erupciones en la piel, fiebre o fatiga.

Los investigadores aún no saben qué causa la mayoría de las enfermedades autoinmunes. Pero han progresado en la comprensión de las cosas que lo pone a usted en riesgo y en encontrar formas de diagnosticarlas y tratarlas.

¿Cuáles son los desencadenantes?

Algunas enfermedades autoinmunes son raras, pero otras son bastante comunes. Alrededor del 1% de las personas en los EE. UU. tienen artritis reumatoide, explica la Dra. Mariana Kaplan, especialista de los NIH en enfermedades autoinmunes. La artritis reumatoide daña las articulaciones.

Ciertos genes lo ponen en mayor riesgo de desarrollar un trastorno autoinmune. Pero los genes por sí solos no suelen ser suficientes, dice el Dr. Peter Grayson, experto en vasculitis de los NIH. Su equipo encontró recientemente un solo cambio genético que puede causar vasculitis en hombres mayores.

La mayoría de las personas que tienen genes relacionados con enfermedades autoinmunes aún no desarrollarán una. Por lo general, se necesitan uno o más factores desencadenantes para activar el sistema inmunológico.

Diferentes cosas en su entorno pueden servir como desencadenantes, explica el Dr. Andrew Mammen, un experto de los NIH en enfermedades musculares. Su equipo estudia la miositis, una enfermedad en la que las células inmunitarias atacan los músculos.

Demasiada exposición al sol puede desencadenar un tipo de miositis en personas que tienen ciertos factores de riesgo genéticos, explica Mammen. Pero, dice él, la mayoría de las personas también necesitan otros factores desencadenantes para desarrollar la condición. Cuáles son no siempre está claro.

Ciertos virus también pueden impulsar un ataque autoinmune. Un estudio reciente financiado por los NIH encontró que un virus llamado Epstein-Barr puede desencadenar algunos casos de esclerosis múltiple (EM). La EM es una enfermedad autoinmune que daña los nervios.

Otros factores de riesgo pueden ser su edad, sexo, historial de tabaquismo y peso. Muchas enfermedades autoinmunes también son más comunes en mujeres que en hombres.

Obtener un diagnóstico

Un diagnóstico de una enfermedad autoinmune puede llevar tiempo, dice Grayson. Especialmente si es uno que afecta muchas partes del cuerpo.

Las personas a menudo recurren a diferentes médicos para diferentes síntomas. “Si consulta, por ejemplo, a un oftalmólogo, un dermatólogo y un neumólogo por separado, es posible que no vean que sus síntomas están relacionados”, dice Grayson.

Los síntomas de las enfermedades autoinmunes también pueden parecerse a los de muchas otras condiciones. "Por ejemplo, llamamos al lupus 'el gran imitador' porque puede parecerse a muchas otras enfermedades", dice Kaplan.

Hable con su proveedor de atención médica si tiene dolor muscular, óseo o articular que no esté relacionado con una lesión. O si ha tenido dolor en múltiples áreas o durante largos períodos de tiempo. Es posible que lo deriven a un reumatólogo. Este es un médico que se especializa en enfermedades que causan inflamación.

Su médico puede usar análisis de sangre para buscar anticuerpos que estén atacando sus propios tejidos. Estos se llaman autoanticuerpos. Pero tenerlos en la sangre no es suficiente para que le diagnostiquen una enfermedad autoinmune. Muchas personas los tienen en la sangre pero no se enferman, explica Kaplan.

Las tecnologías de imágenes también se pueden usar para buscar signos de un trastorno autoinmune. Las radiografías pueden mostrar problemas en las articulaciones. Las resonancias magnéticas pueden revelar daños profundos en el cuerpo.

Los investigadores están tratando de encontrar nuevas formas de usar imágenes para ayudar a diagnosticar o monitorear enfermedades autoinmunes. El laboratorio de Grayson está probando si las tomografías por emisión de positrones pueden encontrar inflamación oculta en los vasos sanguíneos de las personas con vasculitis.

Atacar los síntomas

Todavía no existen curas para los trastornos autoinmunes. Pero los investigadores han logrado avances en el manejo de los síntomas. Los medicamentos llamados corticosteroides suelen ser el primer tratamiento para una enfermedad autoinmune. “Funcionan rápidamente y son efectivos”, dice Mammen.

Pero los esteroides suprimen todo su sistema inmunológico. Por lo que pueden tener efectos secundarios graves. Estos incluyen presión arterial alta, pérdida ósea y aumento de peso.

Otros medicamentos suprimen solo partes del sistema inmunológico. Estos tienden a tener menos efectos secundarios y se pueden usar por más tiempo. Algunos de estos medicamentos eliminan las células que producen ciertos anticuerpos. Otros se dirigen a proteínas específicas del sistema inmunológico. Uno de esos medicamentos fue recientemente el primer fármaco nuevo aprobado para el lupus en una década.

Es posible que deba probar varios medicamentos diferentes para encontrar el que mejor funcione para controlar sus síntomas, dice Grayson. Es importante trabajar con su médico para equilibrar la calidad de vida con el tratamiento de la enfermedad, agrega.

Los cambios en el estilo de vida también pueden ayudar a controlar los síntomas. El movimiento es especialmente importante para las enfermedades autoinmunes que afectan los músculos, como la miositis y la esclerosis múltiple, dice Mammen. “De hecho, recetamos ejercicio”, dice. “No es opcional; es parte del tratamiento”.

Hable con su proveedor de atención médica sobre las diferentes actividades que puede probar. Los ejercicios de bajo impacto como el yoga, los aeróbicos acuáticos o caminar pueden ser útiles para algunas personas.

Dejar de fumar puede ayudar a aquellos cuya enfermedad afecta sus vasos sanguíneos, dice Grayson.

Los investigadores están trabajando para desarrollar mejores tratamientos. Los proyectos de los NIH están reuniendo a científicos, grupos sin fines de lucro y empresas farmacéuticas para encontrar nuevos tratamientos y herramientas de investigación para enfermedades autoinmunes.

Los investigadores también quieren encontrar formas de detectar enfermedades autoinmunes antes de que causen síntomas, explica Mammen. “Tal vez haya un período de tiempo en el que el tratamiento temprano podría frenar el desarrollo de una”, dice.