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Piense en su tiroides

septiembre de 2015

Artículo destacado

Piense en su tiroides

Conozca esta pequeña gran glándula

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Ilustración que muestra la ubicación de la tiroides en el cuello

Probablemente usted haya oído hablar de la glándula tiroides, pero ¿sabe qué hace? Es posible que usted no piense en ella a menos que algo ande mal. Los problemas tiroideos pueden causar una amplia gama de problemas en apariencia no relacionados, entre ellos cambios drásticos en el peso, la energía, la digestión o el estado de ánimo. Aprenda a reconocer los signos de un trastorno de tiroides para recibir tratamiento, si fuera necesario.

La tiroides es una glándula pequeña pero poderosa, con forma de mariposa, que se ubica en la parte delantera del cuello. Controla muchas de las funciones más importantes del cuerpo. La glándula tiroides produce hormonas que afectan la respiración, el ritmo cardíaco, la digestión y la temperatura corporal. Estos sistemas se aceleran a medida que aumentan los niveles de la hormona tiroidea. Pero cuando la tiroides produce muy poca o demasiada hormona, se presentan problemas.

Casi 11 de cada 20 estadounidenses de 12 años o más tienen una baja función de la glándula tiroides, o hipotiroidismo. Cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas, muchas funciones corporales se ralentizan. Una cantidad menor de personas — aproximadamente 1 de cada 100 — tiene una tiroides hiperactiva, lo que se conoce como hipertiroidismo. Su tiroides libera demasiada hormona.

Los problemas de tiroides son más frecuentes en las mujeres y en las personas mayores de 60 años. Tener antecedentes familiares de trastornos de tiroides también aumenta el riesgo.

Los problemas de tiroides suelen ser causados por trastornos autoinmunes, en los que el sistema inmunitario ataca y destruye por error las células el propio cuerpo. Por ejemplo, un trastorno autoinmune llamado enfermedad de Graves puede hacer que la tiroides se vuelva hiperactiva, mientras que una enfermedad llamada enfermedad de Hashimoto puede llevar a una baja función tiroidea.

Los trastornos de tiroides pueden ser difíciles de diagnosticar, pues los síntomas son similares a los de otras enfermedades. "El hipotiroidismo puede ser muy sutil", dice la Dra. Monica Skarulis, experta en tiroides de los NIH. Si se sospecha la presencia de un trastorno de tiroides — tal vez debido a cambios en el peso o a fatiga — los análisis de sangre pueden ayudar a confirmar el diagnóstico y encontrar su causa.

Los pacientes con una baja función tiroidea pueden tratarse con hormonas tiroideas artificiales. Las tiroides hiperactivas suelen tratarse con medicamentos que reducen los niveles hormonales.

Durante el embarazo, las hormonas tiroideas pueden afectar la salud tanto de la madre como del bebé en desarrollo. Los niveles de hormona tiroidea a veces deben monitorearse con cuidado y ajustarse, incluso si la futura madre nunca tuvo problemas de tiroides. Luego del embarazo, algunas mujeres tienen niveles anormales de hormona tiroidea durante un año o más.

La glándula tiroides también puede verse afectada por el cáncer. El cáncer de tiroides no suele presentar síntomas. A veces se observa primero un bulto en el cuello, si bien lo más probable es que esos bultos sean nódulos inocuos.

"Los nódulos tiroideos son sumamente comunes, mientras que el cáncer de tiroides es muy raro", dice Skarulis. Un médico puede determinar si un nódulo es canceroso al extraer y examinar un pequeño trozo del mismo. Si presenta signos de cáncer, se extraerá el nódulo o incluso toda la tiroides.

Si observa signos de problemas de tiroides, hable con un profesional de la salud. Según sus antecedentes familiares, sus síntomas y un examen médico, su proveedor de cuidado de la salud podrá ayudarle a decidir si necesita pruebas adicionales o algún tratamiento.

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