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VIH y SIDA: Conozca los hechos

mayo de 2015

Artículo destacado

VIH y SIDA: Conozca los hechos

El tratamiento funciona, pero la prevención es fundamental

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Ilustración de 3 personas sentadas en la sala de espera de un médico.

Han pasado más de 30 años desde que en los Estados Unidos se reconoció por primera vez una enfermedad ahora llamada SIDA. En ese entonces, se consideraba una sentencia de muerte. No había tratamientos disponibles, se desconocía la causa y las personas con frecuencia morían unos pocos meses después de recibir el diagnóstico. Hoy en día, las personas infectadas por el VIH — el virus que causa el SIDA — pueden llevar vidas plenas y saludables, en gran medida gracias a los medicamentos y a otros descubrimientos realizados con el apoyo de los NIH.

Los términos VIH y SIDA pueden ser confusos, porque están relacionados pero son diferentes. El VIH es un virus que daña el sistema inmunitario al invadir y luego destruir los glóbulos blancos que combaten las infecciones. El SIDA es la etapa final de una infección con el VIH no tratada. Las personas con SIDA pueden tener una variedad de síntomas, porque sus sistemas inmunitarios debilitados hacen que corran riesgo de desarrollar infecciones y cánceres que ponen en peligro su vida.

El VIH se transmite de una persona a otra a través de determinados fluidos corporales, como la sangre y el semen. Aproximadamente el 90% de todas las nuevas infecciones por el VIH se producen durante el sexo. Compartir agujas y consumir drogas inyectables es la segunda vía de infección más común. El VIH también se puede transmitir de una madre infectada a su recién nacido. El VIH no se transmite a través del contacto no íntimo, como dar la mano, abrazar, estornudar, compartir utensilios o utilizar el mismo baño.

Hoy en día, al tomar una combinación de medicamentos que combaten el VIH (llamados terapia antirretroviral), pocos estadounidenses infectados con el VIH desarrollan el SIDA. Y algunas infecciones ahora se pueden prevenir al tomar medicamentos diarios (llamados profilaxis pre-exposición o PrEP por sus siglas en inglés).

Gracias a estos avances, algunas personas pueden creer que ya no es necesario preocuparse tanto por el VIH y el SIDA. Pero esto no podría estar más alejado de la verdad. A nivel nacional, hay más de 1 millón de personas infectadas con el VIH, y cada año hay más de 50.000 nuevas infecciones. Aproximadamente 1 de cada 7 estadounidenses que tienen el VIH ni siquiera sabe que está infectado, por lo que, sin darse cuenta, podría estar contagiando a otros. El problema es incluso más grave en los países en desarrollo, en especial en partes de África.

Si bien los tratamientos y las estrategias de prevención pueden ayudar a mantener el VIH bajo control, todavía no hay una cura ni vacunas que prevengan las infecciones por el VIH. Por este motivo, científicos financiados por los NIH continúan buscando maneras nuevas y más efectivas de detener las infecciones por el VIH.

"Si le diagnostican una infección por el VIH y comienza a recibir la terapia antirretroviral oportunamente, antes de que su sistema inmunitario esté sustancialmente comprometido, su prognosis es excelente," dice el Dr. Anthony S. Fauci, jefe de enfermedades infecciosas de los NIH, que comenzó a tratar pacientes con SIDA por primera vez a inicios de la década de 1980. Los estudios muestran que con un tratamiento precoz, los niveles de VIH pueden tornarse tan bajos que el virus se vuelve indetectable en la sangre. Esto alarga la vida y reduce el riesgo de transmitir el virus a otros. "Si quienes están infectados continúan con la terapia, pueden salvar sus propias vidas y también ayudar a evitar que sus parejas sexuales contraigan el VIH", dice Fauci.

Para mantener las infecciones por el VIH bajo control es necesario tener un diagnóstico precoz y tomar los medicamentos diarios contra el VIH toda la vida. Incluso si no se detecta en la sangre, una vez que una persona contrae el VIH, el virus continúa escondido para siempre en el cuerpo. "El VIH tiene la capacidad de integrarse a las células y esconderse en una forma inactiva, llamada reservorio", dice Fauci. Si bien los medicamentos pueden mantener los niveles de virus bajos, no eliminan el reservorio viral. Por lo tanto, ante la ausencia del tratamiento, el VIH sale de su escondite y vuelve rápidamente al torrente sanguíneo.

Para algunas personas, mantener este régimen de salud diario puede ser un desafío. A nivel nacional, menos de 1 de cada 3 personas con el VIH toma los medicamentos antirretrovirales con suficiente regularidad como para reducir el virus a niveles no detectables. Por este motivo, los estudios en curso financiados por los NIH están creando y evaluando medicamentos que puedan tomarse con menos frecuencia, como una vez al mes. Este enfoque se pondrá a prueba en un estudio clínico de gran alcance que se espera se inicie en África más adelante este año. También se están probando otros enfoques que no dependen de los medicamentos diarios contra el VIH.

Las investigaciones de las últimas décadas han identificado estrategias de prevención que funcionan: limitar la cantidad de parejas sexuales, nunca compartir agujas y usar condones de manera correcta y regular. Los NIH también están explorando nuevas maneras de prevenir las infecciones por el VIH, incluidas las vacunas experimentales.

Un enfoque preventivo para las personas con mayor riesgo de contraer la infección por el VIH es tomar una dosis diaria de medicamento antirretroviral. "En términos de prevención, lo más revolucionario que tenemos en este momento es la profilaxis pre-exposición (PrEP por sus siglas en inglés)", dice el Dr. Carl W. Dieffenbach, quien dirige las iniciativas de investigación sobre el VIH/SIDA de los NIH a nivel mundial. "Esta estrategia lo protege de contraer el VIH, si toma los medicamentos a diario".

Una píldora de PrEP (llamada Truvada) fue aprobada por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA por sus siglas en inglés) para las personas con alto riesgo de contraer el VIH. El Truvada combina dos medicamentos antirretrovirales ya utilizados para tratar las infecciones por el VIH.

Cuando se trata de tratamiento y prevención, Dieffenbach dice, "lo más importante es, en primer lugar, hacerse la prueba del VIH". Su proveedor de cuidado de la salud, su clínica de salud comunitaria y otras instituciones con frecuencia ofrecen pruebas del VIH rápidas y sin costo. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos recomiendan al menos una prueba de detección del VIH anual a las personas consideradas con alto riesgo de infección. La prueba es especialmente importante para las personas jóvenes, de 13 a 24 años, porque más de la mitad de las personas de ese grupo etario con un resultado positivo del VIH no sabía que estaba infectada.

Algunas personas evitan hacerse la prueba porque tienen miedo de la posibilidad de ser VIH-positivo. Otras pueden sentirse avergonzadas o incómodas al hablar sobre temas sexuales, y por lo tanto no se hacen la prueba. Pero cuanto antes se diagnostiquen y traten, mejor será el resultado.

"El estigma asociado con la infección por el VIH hace que le resulte difícil a las personas que corren riesgo presentarse y recibir asesoramiento sobre cómo evitar la infección o, si están infectadas, ingresar y permanecer en el sistema de atención médica", dice Fauci. Pero los estudios muestran que la comunicación abierta puede ayudar a las personas a tratar y prevenir el VIH.

"El problema del estigma solo se puede resolver una persona o una familia a la vez, porque la situación de cada persona es única", dice Dieffenbach. "Se trata de tener conversaciones continuas en las comunidades, con apertura y aceptación. Por difícil que sea, realmente importa".

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