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Hacer ejercicio para mantener una mente ágil

febrero de 2024

Artículo destacado

Hacer ejercicio para mantener una mente ágil

¿Puede el ejercicio mantener más sano a su cerebro?

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Todos hemos escuchado que el ejercicio es bueno para nosotros. Los expertos recomiendan realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada cada semana. Esto puede incluir caminar rápidamente, andar en bicicleta, jugar al tenis o incluso empujar un cortacésped. El entrenamiento de fuerza muscular, como levantar pesas, hacer flexiones o abdominales, se recomiendan al menos dos días a la semana.

Muchos de los beneficios del ejercicio se conocen bien. El ejercicio aeróbico puede ayudarle a mantener un peso saludable al quemar grasa. También puede mantener sano a su corazón. El entrenamiento de fuerza muscular puede ayudar a aumentar la masa muscular y fortalecer sus huesos. Los estiramientos pueden mejorar la flexibilidad y el rango de movimiento, y los ejercicios de equilibrio pueden prevenir las caídas. Los científicos están descubriendo que el ejercicio también podría mejorar la salud de nuestro cerebro.

Los estudios científicos han demostrado que cuando usted hace ejercicio, se liberan muchas moléculas diferentes en el torrente sanguíneo. Estas moléculas viajan a distintos órganos y tejidos, donde desencadenan cambios que ayudan a las células a soportar el estrés físico del ejercicio.

“Usted básicamente le está diciendo a su cuerpo que 'tienes que prepararte para algo'”, explica el doctor Saul Villeda de la Universidad de California en San Francisco, que estudia el envejecimiento del cerebro. Mientras se
preparan para soportar el ejercicio, las células también parecen mejorar su resistencia a los efectos del envejecimiento.

A medida que envejecemos, nuestras capacidades cognitivas suelen empezar a disminuir. Podríamos tener dificultades de aprendizaje y memoria. Esto se debe a que nuestro cerebro experimenta cambios celulares a medida que envejecemos. La barrera protectora que rodea el cerebro también cambia y altera las sustancias que pueden entrar en él. Algunas de ellas tienen efectos que podrían ser nocivos.

Estudios en ratones y ratas han demostrado que el ejercicio puede contrarrestar parcialmente estos cambios y puede prevenir al menos parte del deterioro cognitivo que se produce con la edad. Estos beneficios no solo se han observado en ratones. Los estudios científicos también han demostrado una relación entre el ejercicio aeróbico y una mejor memoria en las personas.

Ciertas moléculas inducidas por el ejercicio han demostrado potenciar las funciones cognitivas en ratones. Villeda y sus colegas están estudiando una que se denomina GPLD1. Han descubierto que es responsable, al menos en parte, de que el ejercicio mejore la formación de nuevas células cerebrales, el aprendizaje y la memoria en ratones de edad avanzada.

El equipo de Villeda también ha demostrado que los adultos mayores más activos tienen más GPLD1 en su sangre. Esto sugiere que la GPLD1 podría tener una función similar en las personas. La producción de GPLD1 ha mostrado efectos similares al ejercicio en el cerebro de ratones. Por esto, Villeda espera que algún día la GPLD1 pueda ayudar a mejorar la salud de las personas que no pueden hacer ejercicio.

No se desanime si la cantidad de ejercicio que le recomendaron le parece abrumadora. Está bien comenzar de a poco. “Un poquito puede hacer una gran diferencia”, dice Villeda. “Incluso el simple hecho de moverse unos minutos más de lo habitual ya tiene un beneficio”. Señala que los resultados de su estudio científico lo han motivado a comenzar a hacer ejercicio, cosa que no hacía antes. “Aunque estoy trabajando con ratones, los beneficios que puedo ver físicamente en ellos han obligado a un adicto al sofá [como yo] a levantarse y empezar a hacer ejercicio”.

Lea la sección “Elecciones sabias” para obtener consejos sobre cómo incluir el ejercicio en su vida diaria.

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