La inteligencia artificial (IA) existe desde hace décadas. En los últimos 20 años aproximadamente, se ha convertido en una parte cada vez más importante de nuestras vidas. Los investigadores están aprovechando el poder de la IA para mejorar la medicina y la atención médica de formas innovadoras y de gran alcance. Los NIH están a la vanguardia de estos esfuerzos.

Al principio, las computadoras se limitaban a realizar cálculos basados en datos humanos. Con la IA, aprenden a realizar determinadas tareas. Algunas de las primeras formas de IA podían jugar a las damas o al ajedrez e incluso derrotar a campeones mundiales humanos. Otras podían reconocer y convertir el habla en texto.

Hoy en día, se utilizan distintas formas de IA para mejorar la atención médica. Los investigadores están estudiando cómo utilizarla para analizar los resultados de pruebas y los datos de imágenes. La IA podría entonces hacer recomendaciones para ayudar a tomar decisiones sobre tratamientos.

Algunos estudios financiados por los NIH utilizan la IA para desarrollar "ropa inteligente" capaz de reducir el dolor lumbar. Esta tecnología podría advertir al usuario acerca de movimientos corporales peligrosos. Otros estudios buscan formas de controlar mejor los niveles de glucosa (o azúcar en sangre) mediante sensores portátiles.

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