El agotamiento parece estar en aumento. La fatiga es uno de los síntomas más frecuentes de las personas con COVID-19, y su cansancio puede persistir. Agregue esto a las muchas otras causas de fatiga que existían antes de la pandemia, como la falta de sueño, problemas de salud mental y afecciones de salud como anemia o enfermedades cardíacas. En general, al parecer, somos una nación cansada.

La fatiga puede ser útil. Puede ser una señal de advertencia de que necesita relajarse después de un ejercicio extenuante. O puede hacerle descansar si se enferma. Pero más a menudo, la fatiga crea problemas. Puede ser una sensación abrumadora y duradera de agotamiento que dificulta realizar las tareas cotidianas.

"Existen diferentes aspectos de la fatiga. En general, se acepta que la sensación de fatiga puede implicar dificultad para comenzar o continuar una actividad", dice la Dra. Vicky Whittemore, que participa en los programas de investigación de los NIH relacionados con la fatiga. "Puede involucrar la percepción de que el esfuerzo para realizar una actividad es más de lo que debería ser necesario".

La fatiga en sí no es una enfermedad. Más bien, es un síntoma. Puede ser causada por infecciones virales, ciertos medicamentos, alimentación poco saludable, cáncer y sus tratamientos, depresión o ansiedad, y más.

Debido a que tiene tantas causas posibles, puede ser difícil para los médicos diagnosticar los orígenes de la fatiga de una persona. Esto puede dificultar el desarrollo de un plan de tratamiento efectivo. Pero su médico puede ayudarlo a determinar por dónde empezar.

Hacer cambios en el estilo de vida puede brindar alivio a algunas personas (consulte el cuadro Elecciones sabias para obtener ideas). Pero estos cambios pueden no ser suficientes para todos. Ciertas afecciones de salud pueden contribuir al agotamiento. Algunas son tratables, como una deficiencia de vitaminas o minerales. Pero no se sabe mucho acerca de otras causas de la fatiga.

Una de las causas de la fatiga debilitante es una enfermedad grave llamada encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica (EM/SFC). La EM/SFC causa agotamiento severo y duradero, junto con síntomas similares a los de la gripe (llamado malestar posesfuerzo). Las personas con EM/SFC también pueden tener problemas para dormir, dolor o "niebla mental". La niebla mental es cuando se tiene problemas para pensar o concentrarse. La actividad física o mental puede empeorar los síntomas de EM/SFC.

Los investigadores aún no han encontrado una forma eficaz de diagnosticar o tratar la EM/SFC. Sin embargo, sus síntomas se superponen con los observados en personas con COVID prolongado. El COVID prolongado surge cuando los síntomas del COVID-19 duran semanas o meses después de la infección. Los expertos estiman que alrededor del 20% de las personas con COVID prolongado también recibirán el diagnóstico de EM/SFC.

Estas similitudes crean nuevas oportunidades para que los científicos descubran la biología detrás de la fatiga. Por lo tanto, los NIH están reuniendo a investigadores de diferentes campos y están proporcionando nuevos fondos para ayudar a los científicos a abordar los misterios de estas y otras formas de fatiga.

"El estudio del COVID prolongado está sacando a la luz muchos problemas que la comunidad EM/SFC ha estado explorando durante años", dice Whittemore. "Creo que esta investigación nos ayudará a comprender mejor la fatiga y llegar a los mecanismos subyacentes".