¿Cómo sé si mi hijo tiene un trastorno alimentario?
¿Cómo sé si mi hijo tiene un trastorno alimentario?
Los trastornos alimentarios comúnmente se desarrollan desde los primeros años de la adolescencia. Este es un momento en el que los jóvenes adolescentes se vuelven más independientes de sus padres y, también, pueden ser más distantes en su relación. Puede ser difícil saber si los cambios en el comportamiento de su hijo son el resultado de un desarrollo adolescente normal o si son signos de un trastorno alimentario.
Los signos variarán para cada tipo de trastorno, y cada individuo es diferente. Algunas de las señales más comunes de advertencia de que un niño o adolescente potencialmente tiene un trastorno alimentario incluyen:
- Pérdida dramática de peso o fluctuaciones drásticas
- Preocupación por el peso, la comida, las etiquetas de los alimentos y las dietas
- Consumo excesivo de líquidos o negación del hambre
- Evasión de comidas y situaciones que involucren comida
- Distancia de amigos y actividades
- Vómito autoinducido o abuso de laxantes, diuréticos o pastillas para adelgazar
- Régimen de ejercicios excesivo y rígido
- Cambio en la vestimenta, como ropa de gran tamaño para cubrir el cuerpo, o bien ropa reveladora para hacer alarde de la pérdida de peso
El Instituto Nacional de Salud Mental tiene una publicación sobre Los trastornos de la alimentación: Un problema que va más allá de la comida que responde las siguientes preguntas:
- ¿Qué son los trastornos de la alimentación?
- ¿Cuáles son los diferentes tipos de trastornos de la alimentación?
- ¿Cómo se tratan los trastornos de la alimentación?
- ¿Qué se está haciendo para comprender y tratar mejor los trastornos de la alimentación?
- ¿Dónde puedo encontrar más información?
Si su hijo desarrolla un trastorno alimentario, trate de no asumir la culpa usted mismo ni haga que se sienta avergonzado. Los trastornos alimentarios son enfermedades mentales complejas que devienen de una variedad de factores contribuyentes; no son culpa de ninguna persona ni de los padres. Ser capaz de reconocer las señales de advertencia y ser parte activa del tratamiento de trastornos alimentarios ayudará a proporcionar un entorno propicio para el proceso de recuperación.