Una condición llamada POTS puede tener un gran impacto en la vida de una persona. Las personas con POTS a menudo se sienten aturdidas o mareadas cuando se levantan después de estar acostadas. Su corazón tiende a acelerarse. Incluso pueden desmayarse. Otros síntomas pueden incluir fatiga extrema, dificultad para respirar y dificultad para pensar.

“El POTS puede ser bastante debilitante. Puede dificultar realizar actividades cotidianas, como asistir al trabajo o a la escuela”, dice la Dra. Cheryl L. McDonald, que ayuda a supervisar los programas de investigación de POTS de los NIH. “Algunas personas incluso necesitan el uso de una silla de ruedas porque no pueden estar de pie ni caminar durante largos períodos”.

POTS es una abreviatura de síndrome de taquicardia postural ortostática. Postural significa que está vinculado a la posición de su cuerpo. Ortostática está relacionada con estar de pie. Taquicardia significa frecuencia cardíaca rápida. Y síndrome significa que es un grupo de síntomas (consulte el cuadro de Decisiones inteligentes).

Normalmente, cuando una persona se pone de pie, la gravedad empuja la sangre hacia las piernas y los pies. Esto reduce brevemente el flujo sanguíneo a la parte superior del cuerpo, incluidos el corazón y el cerebro. Entonces, el cerebro envía inmediatamente señales que tensan los vasos sanguíneos inferiores del cuerpo y hacen que el corazón bombee más rápido. Esto empuja la sangre hacia arriba, para que pueda viajar por todo el cuerpo.

Pero para las personas con POTS, estas señales se cortan. Los vasos sanguíneos inferiores no se tensan lo suficiente al estar de pie y el corazón late mucho más rápido de lo que debería. Es posible que el cerebro y otros órganos no reciban suficiente sangre, lo que puede provocar desmayos y otros síntomas.

El POTS puede afectar a cualquier persona a cualquier edad. Es más común entre mujeres, de 15 a 50 años. Se desconocen sus causas. Los investigadores sospechan que puede haber diferentes causas y cada una de ellas podría requerir tratamientos diferentes. Algunos datos sugieren que el POTS puede surgir después de una cirugía mayor, una lesión en la cabeza, un embarazo o una enfermedad viral.

El POTS se puede diagnosticar observando sus síntomas, frecuencia cardíaca y presión arterial cuando pasa de estar recostado a estar de pie. Los adultos pueden tener POTS si su frecuencia cardíaca aumenta más de 30 latidos por minuto dentro de los 10 minutos de estar de pie, sin un gran cambio en la presión arterial. Para los menores de 20 años, un aumento de al menos 40 latidos por minuto sin un cambio importante en la presión arterial podría indicar POTS. Los síntomas pueden mejorar rápidamente al recostarse.

El tratamiento suele implicar aumentar la ingesta de sal y beber mucha agua, lo que puede aumentar el volumen sanguíneo. El volumen sanguíneo es la cantidad total de líquido que circula por el cuerpo. Algunos pacientes se benefician de medicamentos que ayudan a elevar la presión arterial o reducir la frecuencia cardíaca. Los calcetines de compresión pueden ayudar a evitar que la sangre se acumule en las piernas. También puede ser útil hacer ejercicio y mantener un horario de sueño regular.

Muchas personas, incluso algunos proveedores de atención médica, nunca han oído hablar del POTS. "Pero la conciencia ha aumentado en los últimos años, particularmente desde que se ha observado POTS en pacientes que han tenido COVID-19", dice McDonald. Los vínculos entre POTS y COVID-19 aún no están claros y los investigadores están trabajando para aprender más.

A pesar de una mayor conciencia sobre el POTS, para algunos pacientes puede resultar difícil obtener un diagnóstico. "Si tiene síntomas que parecen encajar con el POTS, es una buena idea analizar la posibilidad con su médico", dice McDonald. “Es perfectamente aceptable ser su propio defensor. Puede mostrarle un artículo a su médico y preguntarle: ¿Cree que podría tener POTS?".