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Avances en el cáncer de mama

marzo de 2022

Artículo destacado

Avances en el cáncer de mama

Exámenes de detección y el tratamiento se personalizan

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Imagen de un médico mostrándole una mamografía a una paciente.

El cáncer de mama es el segundo cáncer más frecuente entre las mujeres estadounidenses. Las tasas de mortalidad por cáncer de mama han disminuido en los últimos 30 años. Sin embargo, casi el 13% de las mujeres siguen siendo diagnosticadas a lo largo de su vida. Los hombres también pueden padecer cáncer de mama, aunque es poco frecuente.

El cáncer es causado por cambios en los genes que controlan el funcionamiento de nuestras células. Estos cambios afectan a la forma en que las células crecen y se dividen. El cáncer se produce cuando las células se dividen de forma incontrolada. En el cáncer de mama, esto ocurre en el tejido mamario.

Los investigadores están estudiando los factores de riesgo de los distintos tipos de cáncer de mama. También están buscando tratamientos más personalizados.

Desentrañando los riesgos

"El cáncer de mama es causado por una combinación de factores", dice la Dra. Montserrat García-Closas, investigadora del cáncer en los NIH. Los genes, el estilo de vida y el entorno contribuyen al riesgo. Los investigadores están tratando de comprender mejor el papel que desempeña cada uno de estos factores.

Las personas con antecedentes familiares de cáncer de mama tienen un mayor riesgo de padecer la enfermedad. Algunas nacen con versiones raras de ciertos genes que las ponen en alto riesgo. Entre ellos están los genes BRCA1 y BRCA2.

"Pero la inmensa mayoría de las pacientes no tienen antecedentes familiares ni ningún gen conocido que provoque cáncer", explica la Dra. Margaret Gatti-Mays, especialista en el tratamiento del cáncer de mama en la Universidad Estatal de Ohio.

Por ello, los investigadores también buscan combinaciones de genes que puedan conducir al cáncer de mama. "Las mujeres pueden heredar cientos o miles de versiones comunes de genes que tienen cada uno efectos minúsculos, pero que combinados pueden suponer un riesgo considerable de desarrollar cáncer de mama", afirma García-Closas. Un estudio de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) denominado Proyecto Confluencia está tratando de desentrañar estas combinaciones.

También hay otros factores que pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de mama. Entre ellos están la edad, el hecho de haber tenido hijos, el consumo de alcohol y la obesidad.

Los estudios están examinando cómo todos estos factores: genes, historial médico y estilo de vida, interactúan para afectar al riesgo de contraer cáncer. Uno de ellos se llama Connect for Cancer Prevention. "Está reclutando a 200 000 personas en EE.UU. y haciéndole seguimiento durante años para ver quiénes desarrollan distintos tipos de cáncer", dice García-Closas.

Adelantarse al cáncer de mama

Otro estudio, denominado Wisdom Study, explora la mejor manera de personalizar el cribado del cáncer de mama. Las pruebas de detección buscan signos de la enfermedad antes de que aparezcan los síntomas. La detección temprana del cáncer puede aumentar las posibilidades de tratarlo y curarlo.

Si tiene un alto riesgo de padecer cáncer de mama, su médico puede aconsejarle que se someta a las pruebas de detección a una edad más temprana que la mayoría, o con mayor frecuencia.

"Las mujeres de 40 a 50 años deben hablar con su médico sobre cuándo deben empezar a hacerse las pruebas de detección. Y eso debería basarse en sus riesgos personales", dice la Dra. Brandy Heckman-Stoddard, experta en cáncer de mama de los NIH.

Las mamografías son la forma más habitual de detectar el cáncer de mama. Se trata de imágenes de rayos X de la mama. Un estudio de los NIH llamado TMIST está comparando si las mamografías en 2D o en 3D son mejores para la detección. Las mamografías en 2D se toman desde dos lados de la mama. Las mamografías en 3D se toman desde diferentes ángulos alrededor de la mama. Luego, una computadora construye una imagen en 3D.

Las imágenes por resonancia magnética (IRM) se utilizan a veces para examinar a las mujeres con alto riesgo de cáncer de mama. Las IRM pueden crear una imagen más clara de la mama y no usan radiación.

Los investigadores también están buscando otras formas de detectar el cáncer de mama. El equipo de García-Closas está intentando detectar el cáncer mediante muestras de sangre. Estas "biopsias líquidas" detectan el ADN de las células cancerosas, que viajan por el cuerpo en el torrente sanguíneo.

"Las biopsias líquidas deberían reflejar lo que ocurre en todo el cuerpo", dice García-Closas, "a diferencia de lo que ocurre con una biopsia de tejido, en la que se toma una pequeña muestra de tejido en un lugar concreto".

Las biopsias líquidas podrían algún día ser capaces de detectar el cáncer antes que otras pruebas clínicas, afirma. "Además, podrían servir para controlar mejor lo que ocurre en el cuerpo después de que se haya diagnosticado el cáncer".

Cómo combatirlo

Cuando se detecta un cáncer de mama, el tratamiento depende del tipo de tumor. Habitualmente se realiza una cirugía y radiación. También puede realizarse quimioterapia. Los médicos pueden recomendar también otros tratamientos, dependiendo del tipo de cáncer de mama.

"Hay tres tipos principales de cáncer de mama", dice Gatti-Mays. "El subtipo viene determinado por la presencia o ausencia de tres receptores". Estos receptores responden a las hormonas estrógeno o progesterona o a una proteína llamada HER2.

"Si el tumor tiene receptores de estrógeno y progesterona, se puede tratar con terapias hormonales", dice Heckman-Stoddard. Éstas bloquean la acción de las hormonas que pueden provocar el crecimiento de ciertos cánceres.

Los tratamientos hormonales también pueden usarse para prevenir o reducir el riesgo de cáncer en determinadas mujeres. Uno de estos fármacos se llama tamoxifeno. Pero tiene efectos secundarios que lo hacen poco atractivo para la prevención. El equipo de Heckman-Stoddard está estudiando si el uso del fármaco en forma de gel disminuye los efectos secundarios.

Existen nuevas opciones de tratamiento denominadas tratamientos dirigidos. Estos bloquean proteínas específicas que controlan el crecimiento, la división y la propagación de las células cancerosas. Los tratamientos dirigidos para el cáncer HER2-positivo han mejorado la supervivencia en la última década.

El tipo más reciente de tratamiento del cáncer se denomina inmunoterapia. Entrena al organismo para que luche contra el cáncer utilizando su propio sistema inmune.

"La inmunoterapia es muy prometedora, pero sus beneficios se limitan aún a algunas pacientes con cáncer de mama triple negativo", dice Gatti-Mays. Estos cánceres carecen de los tres receptores. Pero los investigadores están intentando ampliar este tratamiento a más pacientes con cáncer de mama. También están probando si su uso junto con otros tratamientos funciona mejor.

Los científicos siguen buscando formas de mejorar la detección, la prevención y el tratamiento. "En los próximos cinco o diez años, debería haber mejores formas de que las mujeres determinen su riesgo de cáncer de mama", dice García-Closas. "Eso debería ayudarlas conversar con sus médicos sobre cuáles serán las estrategias de prevención que mejor se adapten".

Sea cual sea su riesgo personal de padecer cáncer, un estilo de vida saludable es la mejor manera de prevenirlo. Siga una dieta saludable para el corazón, reduzca el consumo de alcohol, no fume y haga ejercicio regularmente. Consulte el recuadro Consulte a su médico y hable con su proveedor de atención médica sobre las formas de reducir su riesgo a padecer cáncer.

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