Las maravillas de la mucosidad y la flema
septiembre de 2020
Artículo destacado
Las maravillas de la mucosidad y la flema
La baba que lo mantiene saludable
La mucosidad tiene varios nombres: mocos, sustancia pegajosa que sale de la nariz durante un resfriado, flema o mugre que puede obstruir los pulmones y provocar tos. Probablemente no sea fanático de estas cosas, pero la mucosidad es mucho más que una secreción nasal. El cuerpo produce mucosidad todo el tiempo y esta juega un papel importante en mantenerlo saludable.
“La mucosidad y la flema tienen una mala reputación”, menciona el Dr. Richard Boucher, experto en pulmones de la Universidad de Carolina del Norte. “La gente piensa que es algo que se debe expectorar y sacar, o que es algo malo. Sin embargo, en realidad la mucosidad es el nexo entre usted y el mundo exterior”.
La mucosidad recubre las superficies húmedas del cuerpo, como los pulmones, los senos, la boca, el estómago y los intestinos. Incluso los ojos están cubiertos con una fina capa de mucosidad. Sirve como lubricante para evitar que los tejidos se sequen. También es una línea de defensa.
“La mucosidad es muy importante porque filtra los materiales que inhala por la nariz como el polvo, los alérgenos y los microorganismos”, dice el Dr. Andrew Lane, experto en oído, nariz y garganta de la Universidad Johns Hopkins. “Cualquier cosa que respire queda atrapada en la mucosidad, como en el papel matamoscas”.
El trabajo de la mucosidad
En la próxima hora, inhalará miles de bacterias, pero nunca lo sabrá. Las bacterias aterrizan en la superficie recubierta de mucosidad de los pulmones y quedan atrapadas. Luego, pequeños pelos llamados cilios empiezan a trabajar. Empujan la mucosidad hacia arriba y fuera de los pulmones junto con todas las bacterias, los virus y el polvo atrapados.
“Sube a un ritmo lento hasta la parte posterior de la garganta”, dice Boucher. “Y si es una persona normal y saludable, nunca lo sentirá y solo lo tragará”.
La mucosidad, junto con las bacterias y otras sustancias atrapadas, va al estómago y luego finalmente sale del cuerpo.
El cuerpo produce mucha mucosidad, aunque nadie está seguro de cuánto. La mucosidad es, en su mayoría, agua. Sin embargo, también contiene proteínas, azúcares y moléculas especiales que ayudan al cuerpo a controlar los gérmenes dañinos.
Por lo general, no somos conscientes de toda la mucosidad que fluye despacio por nuestro cuerpo. Al menos hasta que nos enfermemos.
Demasiada mucosidad
Por lo general, la mucosidad solo se nota cuando se produce demasiado o cambia de consistencia.
Una infección puede hacer que la mucosidad se vuelva más espesa y pegajosa. Las infecciones también provocan iflamación en las membranas mucosas que recubren la nariz y el resto de las vías respiratorias. Esto puede causar que ciertas glándulas de las vías respiratorias produzcan más mucosidad. Esa mucosidad puede volverse espesa con las bacterias y las células que llegan para combatir la infección. Eso puede estimular aún más la producción de mucosidad.
“Cuando la mucosidad es particularmente excesiva, puede ser molesta, ya que se presenta como secreción nasal, congestión nasal y goteo posnasal”, dice el Dr. Bruce Bochner, experto en alergias de la Universidad Northwestern. El goteo posnasal se produce cuando el exceso de mucosidad de la parte posterior de la nariz se acumula y gotea por la parte posterior de la garganta. Es una causa común de la tos.
Las alergias también pueden hacer que el cuerpo produzca más mucosidad. Cuando tiene alergia, el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada a una sustancia inofensiva, como el polen, el polvo o la caspa de animales. Luego, las células de las vías respiratorias liberan sustancias, como la histamina.
La histamina puede provocar estornudos. También hace que las membranas mucosas de la nariz se hinchen y que las glándulas produzcan más mucosidad. El equipo de Bochner estudia cómo ciertas proteínas de las células inmunitarias controlan las alergias y la inflamación. También analizan cómo ciertos componentes de la mucosidad podrían ayudar a combatir la inflamación.
“Existen dos tipos generales de secreciones que se producen en la nariz”, explica Bochner. Por ejemplo, las alergias, comer alimentos picantes y estar afuera en el frío pueden provocar una descarga nasal más acuosa.
Por lo general, el cuerpo produce una mucosidad más espesa cuando tiene un resfriado (causado por virus) o una infección sinusal (causada por bacterias).
La mayoría de los problemas de mucosidad son temporales. Sin embargo, producir demasiada mucosidad contribuye a la aparición de algunas afecciones graves. Esto incluye la fibrosis quística, un trastorno genético que hace que la mucosidad de los pulmones se vuelva espesa y parecida al pegamento. Boucher y sus colegas trabajan para poder encontrar tratamientos nuevos para la fibrosis quística y las enfermedades pulmonares relacionadas.
Colores de la mucosidad
La mucosidad se puede presentar en una variedad de colores. Esto no lo sorprenderá si alguna vez ha mirado de cerca sus pañuelos descartables después de sonarse la nariz.
La mucosidad suele ser clara. Durante un resfriado, es posible que el moco se vea turbio o amarillento. Las proteínas que liberan las células que causan la inflamación se pueden atascar en la mucosidad y darle ese color, explica Lane.
Actualmente, está estudiando cómo las células de la nariz y los senos están involucradas en la inflamación a largo plazo, llamada sinusitis crónica.
La mucosidad marrón o negra se presenta con mayor frecuencia en los fumadores crónicos y en personas con algunos tipos de enfermedad pulmonar. Los colores verdosos, parduscos o sangrientos pueden indicar una infección bacteriana.
Sin embargo, ese no es siempre el caso. Puede ser difícil determinar el problema solo por el color de la mucosidad. Dado que muchas cosas pueden hacer que el cuerpo produzca demasiada mucosidad, los médicos se basan en otras pistas para diagnosticar y tratar el problema.
Las maravillas de la mucosidad
Si bien el exceso de mocos y flema no es agradable, no le gustaría prescindir de la mucosidad.
“La mucosidad crea una capa de protección entre el mundo exterior y usted. Por eso es muy importante”, dice Lane.
No solo es importante para las personas. La baba permite que un caracol se mueva por el suelo. La capa resbaladiza que tienen los peces los protege contra las bacterias en el agua. “Es un material maravilloso”, dice Boucher.
Sin embargo, tal vez no sienta que su mucosidad es tan maravillosa. Si el exceso de mucosidad lo desanima, mire el recuadro de Decisiones inteligentes para obtener consejos sobre cómo deshacerse de él.
Elecciones sabias
Cuando tiene demasiada mucosidad
- Utilice un humidificador o vaporizador. Mantener la nariz y la garganta húmedas puede reducir la producción de mucosidad y flema.
- Coloque una toalla tibia y húmeda sobre su rostro.
- Pruebe con un aerosol nasal o un enjuague salino. Limpiar la mucosidad puede ayudarlo a respirar mejor. Hay productos comerciales disponibles. Si la preparará usted mismo, solo utilice agua destilada, esterilizada o hervida previamente.
- Considere tomar medicamentos de venta libre. Los expectorantes pueden diluir la mucosidad para ayudar a despejar el pecho. Los descongestionantes contraen los vasos sanguíneos, de modo que produce menos mucosidad. (Tenga cuidado con su uso excesivo, ya que pueden empeorar el problema.) Los antihistamínicos pueden ayudar si la mucosidad se debe a las alergias.
- Hable con su médico si su secreción nasal o congestión dura más de tres semanas o si tiene fiebre.
Referencias
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