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Manejando el asma

junio de 2014

Artículo destacado

Manejando el asma

Aprenda a respirar mejor

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Ilustración de una niña soplando en un medidor de flujo máximo mientras está sentado junto a su madre.

La mayoría de las personas no tienen problemas con subir una escalera o con una caminata rápida, pero estas simples actividades pueden ser difíciles para una persona con asma. Aunque no existe una cura, usted puede respirar más fácilmente si sabe cómo mantener la enfermedad bajo control.

El asma es una enfermedad común de larga duración que afecta a los pulmones. Puede iniciarse en la niñez o en la edad adulta. Más de 25 millones de estadounidenses tienen asma, incluyendo 7 millones de niños. Sin el cuidado adecuado, el asma puede llegar a ser grave, incluso mortal. Pero la mayoría de las personas con asma aprenden a manejar la enfermedad, por lo que presentan pocos o ningún síntoma

Los principales síntomas de asma son las sibilancias (silbido al respirar), dificultad para respirar, una tos que empeora en la noche y temprano en la mañana, y presión en el pecho. Estos síntomas se deben a reacciones que estrechan las vías respiratorias, los conductos que llevan el aire dentro y fuera de sus pulmones. Cuando los síntomas se agudizan, se conoce como un ataque de asma.

Las vías respiratorias de las personas con asma son propensas a inflamarse, lo que provoca que se hinchen y se estrechen. Se vuelven más sensibles a ciertas sustancias que se inhalan. Estas se denominan "desencadenantes".

Los desencadenantes del asma pueden empeorar la inflamación y provocar que los músculos que rodean las vías respiratorias se estrechen, reduciendo aún más los conductos de aire y haciendo que sea más difícil respirar. Las células en las vías respiratorias también pueden producir un exceso de moco (un líquido espeso pegajoso), haciendo que las vías respiratorias se estrechen más aún.

Los desencadenantes comunes del asma incluyen el humo del cigarrillo, la contaminación del aire, el moho, los ácaros del polvo y la caspa de los animales peludos. Otros desencadenantes del asma incluyen los cambios de clima, el ejercicio, el estrés y las infecciones respiratorias agudas, tales como los resfriados comunes.
"La prevención de estas infecciones es importante", destaca el doctor Stewart Levine, un experto en asma de los NIH. "Las personas que tienen asma deberían estar vacunadas contra la gripe, ya que pueden correr mayor riesgo de sufrir complicaciones relacionadas con la gripe".

El asma es una de las causas más comunes de enfermedad crónica (de larga duración) en los niños — y algunos síntomas aparecen con más frecuencia en niños que en adultos. "Los niños tienen vías respiratorias más pequeñas, por lo que si tienen asma tienden a jadear con mayor frecuencia, particularmente durante la noche", señala el doctor Robert Lemanske, Jr., un experto en asma pediátrica de la Universidad de Wisconsin.

Algunos niños en edad preescolar a menudo jadean cuando se resfrían, pero no llegan a desarrollar asma crónica. "Sin embargo, algunos niños comienzan a tener sibilancias a los 3 años y el problema continúa", señala Lemanske. "Estos niños también tienden a ser más alérgicos".

Un médico le hará pruebas para el asma haciéndole un examen físico y preguntándole acerca de su historial médico para saber cuándo y con qué frecuencia ocurren los síntomas. Su médico también puede pedirle que respire y sople en el tubo de un espirómetro. Este dispositivo mide la cantidad de aire que se respira y la rapidez con que puede hacerlo.

"A veces es difícil hacer una prueba de espirometría en niños pequeños", señala la doctora Michelle Freemer, experta en asma de los NIH. A los jóvenes el médico les hará un examen físico y podrá hacerles otras pruebas para identificar posibles factores desencadenantes del asma.

Sea usted joven o viejo, es importante que sepa cómo manejar su asma. Trabaje con su médico para desarrollar un plan de acción por escrito para el asma. (Para un plan de muestra, visite www.nhlbi.nih.gov/health/public/lung/asthma/asthma_actplan.htm). Su plan de acción debe detallar el plan de tratamiento diario para ayudarle a controlar su asma. Esto puede incluir recomendaciones para medicamentos y para evitar la exposición a sus desencadenantes. El plan de acción también debe dar instrucciones específicas sobre qué hacer cuando comienzan los síntomas de asma y las medidas que se deben tomar si los síntomas empeoran, incluyendo cuándo buscar atención médica, ir al hospital o llamar a una ambulancia.

"Los pacientes con asma deben tener un plan de acción, para que puedan saber si se encuentran en problemas y qué hacer al respecto", señala Freemer.
Para algunos pacientes, Freemer indica que un dispositivo portátil llamado medidor de flujo espiratorio puede ayudarle a controlar su asma. Usted sopla en el dispositivo para medir la fuerza con que sus pulmones pueden forzar el aire hacia fuera. Si el medidor muestra que el flujo de aire es más bajo de lo normal, usted puede utilizar su plan de acción para ajustar su tratamiento.

"Hay 2 tipos principales de medicamentos para el manejo del asma: los de alivio rápido y los de control a largo plazo", señala Levine. Los medicamentos de alivio rápido — como los inhaladores broncodilatadores de acción rápida — se utilizan para relajar los músculos de las vías respiratorias a fin de facilitar la respiración en pocos minutos. Si el ejercicio es un desencadenante del asma, los médicos pueden recomendar tomar este medicamento 5 a 15 minutos antes del ejercicio o de una actividad extenuante.

Los medicamentos de control a largo plazo — tales como los corticosteroides inhalados — se utilizan todos los días para ayudar a controlar los síntomas y prevenir los ataques de asma. "Los corticosteroides inhalados son recomendados como los medicamentos de control a largo plazo preferidos para la mayoría de los niños y los adultos", señala Freemer. "Si se toman diariamente, ayudan a reducir la inflamación a fin de controlar la enfermedad".

Si los niños pequeños tienen problemas para tomar medicamentos inhalados, existen máscaras y otros dispositivos que pueden ayudar. A algunos niños se les da un nebulizador, una máquina portátil que libera el medicamento en forma de una niebla.

Un pequeño porcentaje de personas con asma tienen dificultades para controlar sus síntomas incluso cuando toman sus medicamentos con regularidad. Sus vías respiratorias se inflaman extremadamente y se vuelven particularmente sensibles a los desencadenantes del asma. Tienen una respiración más sibilante, se despiertan más en la noche y corren mayor riesgo de padecer insuficiencia respiratoria y de tener que recurrir a atención médica de urgencia. Si su asma es grave, consulte a un especialista para determinar el tratamiento personalizado más adecuado.

Las causas subyacentes del asma siguen sin estar claras. Los investigadores creen que el asma es causada por una combinación de genes y factores ambientales. Si tiene alergias o uno de sus padres tiene asma, usted corre más riesgo de contraer la enfermedad. La obesidad y la exposición al humo del cigarrillo también pueden aumentar el riesgo de tener asma. Los científicos de los NIH siguen investigando las causas de esta enfermedad.

Los investigadores también están trabajando para desarrollar nuevos enfoques para ayudar a prevenir y tratar el asma. El equipo de Levine está estudiando los efectos de los ácaros del polvo dentro del hogar. Al exponer a los ratones a los ácaros del polvo, los investigadores identificaron una proteína en el pulmón que bloquea la aparición del asma. Con más investigación, los resultados podrían conducir a nuevos tratamientos para prevenir o controlar los síntomas de asma en las personas.

Si usted o sus seres queridos sufren de asma, identifique los factores desencadenantes y trate de evitarlos. Monitoree sus síntomas y tome los medicamentos prescritos regularmente.

"Para la mayoría de las personas con asma, si toma sus medicamentos recetados y se mantiene alejado de los desencadenantes usted estará bien", señala Levine. Mantenga su asma bajo control para poder seguir viviendo su vida al máximo.

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