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Maravillosos gusanos

agosto de 2025

Artículo destacado

Maravillosos gusanos

Desenterrando nuevos conocimientos para la salud

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Una ilustración muestra a varios gusanos C. elegans.

Los gusanos tienden a ser criaturas largas, delgadas y activas. Sus simples cuerpos carecen de extremidades y de una columna vertebral. La mayoría no tiene ojos. Es difícil imaginar una criatura más sorprendentemente diferente de las personas. Pese a esto, los estudios sobre los gusanos les han dado a los científicos sorpresivos conocimientos sobre la biología básica de la vida y salud humanas.

Un pequeño gusano llamado Caenorhabditis elegans, o C. elegans, es un organismo favorito entre los biólogos. A diferencia de los gusanos usados para pescar, el C. elegans se ve mejor a través de un microscopio. Los científicos han estado estudiando a este simple animal por más de 70 años.

“Hemos visto una y otra vez que estos gusanos pueden llevar a grandes descubrimientos relevantes para la salud y enfermedad humanas”, dice la doctora Ann Rougvie, una experta en la biología del C. elegans, de la Universidad de Minesota.

La investigación de estos gusanos comunes ayudó a crear las bases de al menos cuatro premios Nobel. Un estudio reveló cómo los genes pueden controlar el desarrollo de los órganos y de la muerte celular. Esto generó conocimientos sobre la enfermedad de Alzheimer, el sida y más. Otro estudio llevó al desarrollo de nuevas clases de medicamentos para tratar el cáncer y otros trastornos.

C. elegans fue también el primer animal en tener todo su ADN secuenciado, cada célula nombrada y registrada, y todas sus células nerviosas mapeadas.

Al igual que los seres humanos, el C. elegans tiene cerebro, músculos, sistema digestivo y más. Pero la simplicidad de los gusanos facilita su estudio. Todo el sistema nervioso del gusano, incluyendo al cerebro, está compuesto de sólo 302 células.

“Esto contrasta con el cerebro humano, que tiene miles de millones de células”, explica Rougvie. Pese a esto, las personas y los gusanos tienen muchas de las mismas moléculas que portan señales en el cerebro y en el sistema nervioso.

Mediante la alteración de genes específicos, los investigadores han creado gusanos que tienen afecciones similares a los seres humanos. Los ejemplos incluyen la demencia, los accidentes cerebrovasculares o las enfermedades del corazón.

“Alrededor del 50% de los genes de estos gusanos tienen contrapartes en los seres humanos”, dice Rougvie. Al comparar las secuencias genéticas en diferentes animales, los científicos pueden averiguar cómo funcionan los genes. Y pueden aprender cómo los problemas genéticos pueden impactar a la salud y a las enfermedades.

En el desarrollo temprano, las células siguen patrones similares cuando forman partes del cuerpo en las personas y en los gusanos. Sin embargo, el C. elegans es transparente, entonces usted puede ver exactamente lo que está pasando en su interior.

“El gusano adulto siempre tiene 959 células corporales. Con un microscopio, usted puede ver cómo se produce el desarrollo desde el óvulo fertilizado hasta la adultez”, dice Rougvie. “Las células se dividen esencialmente en el mismo patrón en cada C. elegans”. Por esto, los investigadores pueden predecir qué células se convertirán en músculos, en nervios o en otras células. Esto, sumado al ciclo de vida de 2 a 3 semanas de los gusanos, ha ayudado a clarificar procesos como el desarrollo y el envejecimiento.

Rougvie administra el Centro de Genética Caenorhabditis, apoyado por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés). Alberga a más de 26,000 cadenas genéticas únicas de C. elegans. Algunas cadenas son cortas y abultadas. Otras pueden brillar. Algunas envejecen más rápido que otras. Los científicos alrededor del mundo pueden solicitar cadenas genéticas específicas de gusanos para sus propias investigaciones. Y ellos pueden contribuir con nuevas cadenas para el centro.

“Si todos obtienen los gusanos de nosotros, eso significa que todos están usando las mismas cadenas genéticas de gusanos. Y eso mejora la consistencia y reproducibilidad de los hallazgos investigativos”, dice Rougvie.

“Soy una fuerte creyente en la investigación básica, que está haciendo preguntas fundamentales sobre cómo funciona la vida”, dice la doctora. Investigaciones básicas sobre el C. elegans más de 30 años atrás llevaron al descubrimiento de un nuevo tipo de molécula, llamada microARN.

“Los científicos han aprendido desde entonces que las microARN están presentes en todos los animales. Y son extremadamente importantes para las enfermedades y la salud humanas”, dice Rougvie. “Este tipo de ciencia impulsada por la curiosidad nos ayuda a aprender cómo la vida funciona en general”. Los investigadores que descubrieron estas moléculas recibieron el Premio Nobel el año pasado.

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