Aliviando el estrés infantil
agosto de 2024
Artículo destacado
Aliviando el estrés infantil
Relaciones seguras para una mejor salud
Todos los niños se sienten estresados de vez en cuando. Pueden preocuparse por los amigos, por las tareas escolares o por un examen importante. El estrés es normal. Sin embargo, algunos niños pasan por situaciones extremadamente estresantes o traumáticas. Estas pueden provocar afecciones físicas y mentales más adelante en la vida. Los científicos están estudiando las consecuencias a largo plazo de las dificultades presentes en los primeros años de vida, y buscan formas de proteger a los niños de los efectos sobre la salud.
“Las cosas normales que causan estrés o las experiencias estresantes, que todos experimentamos de forma habitual, tienden a ser cosas que uno puede manejar razonablemente. O, en el caso de un niño, con la ayuda de un cuidador que lo apoye”, dice la doctora Nim Tottenham, profesora de sicología de la Universidad de Columbia.
“El estrés normal es esencial en la vida para el crecimiento y el aprendizaje”, explica la doctora Jing Yu, experta en desarrollo infantil de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés). “Adaptarse positivamente al estrés normal puede favorecer el desempeño y el desarrollo de las habilidades de un niño”.
Sin embargo, el estrés puede volverse tóxico si está presente por períodos largos o es el resultado de experiencias traumáticas. En el caso de los niños, los ejemplos incluyen el abuso físico, sexual o emocional, o crecer en una familia con muchos conflictos entre sus miembros. Vivir con personas que tienen trastornos mentales graves o trastornos por consumo de sustancias también puede ser una causa, al igual que la violencia en el barrio, la discriminación y la pobreza significativa. Estas circunstancias pueden poner a los niños en riesgo de sufrir trastornos mentales. También pueden provocar dificultades académicas o sociales.
“Los niños aún están desarrollando las habilidades para responder al estrés”, indica Yu. “Cuando los niños experimentan un estrés elevado o crónico, esto puede afectar a su capacidad de respuesta. Eso puede tener un impacto negativo a largo plazo en su futura salud”.
No todos los niños que se enfrentan a dificultades en los primeros años de su vida tienen problemas de salud más adelante. Las experiencias de vida y las relaciones positivas también pueden influir en los resultados durante la juventud. Las relaciones seguras, estables y de confianza pueden ayudar a protegerse de las circunstancias estresantes.
El estrés y la adversidad
Muchas personas experimentan situaciones extremadamente estresantes o traumáticas en la niñez. Se las denomina experiencias infantiles adversas. Los estudios estiman que aproximadamente 2 de cada 3 adultos han tenido una de estas experiencias, y casi 1 de cada 6 adultos afirma haber sufrido cuatro o más.
Los niños que han sufrido cuatro o más experiencias adversas corren un mayor riesgo de presentar problemas de salud crónicos cuando sean adultos. Entre ellos se encuentran los problemas del corazón la diabetes, la obesidad y los accidentes cerebrovasculares. El riesgo de tener afecciones de salud mental, como la ansiedad, la depresión o los trastornos por consumo de sustancias, también es mayor.
“La adversidad es la presencia de algo que no debería estar ahí, como el abuso”, explica Yu. “Pero también puede ser la ausencia de algo bueno, como el cuidado y el afecto de los padres. Los niños necesitan estimulación cognitiva y atención emocional para prosperar”.
En el pasado, los científicos se fijaban sobre todo en la cantidad de adversidades que tenían los niños. Ahora, están analizando las diferencias entre los tipos de experiencias. Por ejemplo, algunas adversidades pueden afectar principalmente al desarrollo cognitivo de los niños. Otras pueden afectar principalmente al desarrollo emocional o social.
El equipo de Yu estudió recientemente a un grupo de más de 49,000 niños. Hicieron un seguimiento del tipo de adversidades que habían sufrido. Después, observaron su funcionamiento cognitivo a los 7 años. Sus experiencias adversas podían agruparse en seis patrones distintivos. Por ejemplo, algunos niños solo experimentaron inestabilidad familiar. Esto implica dos o más cambios en su estructura familiar. Otros experimentaron a la vez inestabilidad familiar, pérdida familiar y pobreza. Cada combinación de adversidades tuvo un impacto diferente en el cerebro de los niños.
Sin embargo, no todos los niños responden de la misma manera a los acontecimientos de la vida. “Podría depender de la propia interpretación que los niños hagan de los acontecimientos y de cómo se adapte su cerebro a ellos”, explica Yu.
Otros investigadores están analizando los resultados positivos de superar la adversidad. “Nuestro cerebro intenta adaptarse a nuestra situación”, afirma Tottenham. “La adversidad temprana no tiene un único resultado. Nuestros cerebros en desarrollo están haciendo todo lo posible por adaptarse al entorno”.
Por ejemplo, los niños podrían vivir en un entorno en el que las cosas están cambiando de forma impredecible, explica Tottenham. “Esto podría dar lugar a una mayor capacidad para ser flexibles y cambiar de tarea con rapidez”, afirma.
Algo que marca la diferencia en cómo responden los niños es tener un buen sistema de apoyo. Tottenham ha descubierto que las relaciones sólidas con los cuidadores son especialmente beneficiosas.
Relaciones protectoras
“Una de las experiencias positivas más importantes de la infancia es tener un adulto que se preocupe por ti”, afirma la doctora Caitlin Canfield, investigadora científica sobre desarrollo infantil de la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York (NYU, por sus siglas en inglés). “Alguien que pueda ayudarte en situaciones estresantes o simplemente en la vida cotidiana. Puede ser uno de tus padres. Pero podría ser un maestro, un entrenador o cualquier adulto en la vida de un niño”.
Los adultos que pueden demostrar y enseñar habilidades saludables para sobrellevar los problemas son clave. El equipo de Canfield está trabajando con clínicas pediátricas para ofrecer programas de educación para padres. Están probando un programa llamado PlayReadVIP(“jugar y leer de lujo”). Utiliza videos de padres jugando y leyendo con sus hijos. Esto ayuda a reforzar las fortalezas de los padres y a establecer objetivos.
El equipo de Canfield también está probando un programa llamado Smart Beginnings (“comienzos inteligentes”). Este programa combina PlayReadVIP con otro llamado Family Check Up (“chequeo de la familia”). Family Check Up utiliza las visitas a domicilio para desarrollar habilidades que preparen a los niños para la escuela y para que prosperen en el aprendizaje. Las visitas a domicilio también buscan mejorar los desafíos familiares. Por ejemplo, mejorar la comunicación familiar o reducir la depresión de los padres.
“Si los padres están deprimidos, es posible que no puedan hacer todo lo que les gustaría. Eso puede interferir en su papel ideal de crianza”, explica Canfield. “El apoyo social y los recursos que rompen el patrón de depresión pueden tener un efecto en las prácticas de crianza. Eso puede repercutir en los resultados de los niños”.
Canfield también busca formas de proporcionar a las familias recursos comunitarios locales. “Hemos demostrado que el apoyo social a los padres puede ayudar a proteger a los niños de las cosas que provocan estrés”, afirma. “Los padres necesitan sentir que sus barrios son seguros o que tienen redes sociales en sus barrios. Entonces, cuando se enfrentan a factores de estrés, financieros o de otro tipo, son más capaces de proteger a sus hijos de esos impactos”.
Los niños tienen la capacidad de adaptarse y superar situaciones difíciles. Los adultos pueden ayudarlos a desarrollar esas capacidades. “Las redes de apoyo y otras prácticas protectoras en sus vidas pueden ayudar a los niños a adaptarse y a desarrollar resiliencia. Esto ayuda a contrarrestar los efectos de las experiencias infantiles adversas”, afirma Yu. Consulte la sección ““Decisiones inteligentes” para obtener consejos sobre cómo construir experiencias positivas en la infancia.
Elecciones sabias
Construir experiencias positivas y saludables en la infancia
- Utilice prácticas positivas de crianza. Ayude a cuidar, proteger y guiar a los niños. Obtenga consejos de crianza positiva.
- Desarrolle rutinas y horarios predecibles. Saber qué esperar del día ayuda a los niños a prosperar. Utilice las mismas rutinas todos los días, cuando pueda. Si necesita cambiar el horario o la rutina, comuníqueselo a su hijo con antelación siempre que sea posible.
- Enseñe a sus hijos hábitos saludables. Los padres desempeñan un papel importante a la hora de guiar a los niños hacia comportamientos saludables. Asegúrese de que sus hijos duerman lo suficiente. Proporcióneles alimentos saludables. Anímelos a realizar una hora de actividad física por día. Aprenda más sobre cómo enseñar hábitos saludables a los niños.
- Demuestre habilidades saludables para sobrellevar los problemas. Aprenda habilidades saludables para sobrellevar los retos emocionales. Sea un ejemplo para sus hijos para enseñarles formas saludables de sobrellevar las situaciones. Construya una red de apoyo social para usted y hable con un proveedor de atención de salud sobre el tratamiento de problemas de salud mental, como la depresión, la ansiedad y los trastornos por consumo de sustancias.
Enlaces
- Crianza positiva: desarrollando relaciones sanas con sus hijos
- Crianza de adolescentes: guiar a nuestros hijos durante años turbulentos
- Profundizando en los dispositivos: los niños y el tiempo frente a la pantalla
- Crianza de los hijos para prevenir el consumo infantil de alcohol
- Cómo ayudar a los niños: recomendaciones para los padres y otros cuidadores
- Limite el tiempo frente a la pantalla
- Trauma y experiencias adversas en la infancia HHS
- Los indicadores del desarrollo y los consejos para padres CDC
- JugarLeerVIP
Referencias
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