Sus ojos le permiten imaginar el mundo. Pero, para muchas personas, esa imagen es borrosa. Si la forma de su ojo le dificulta ver con claridad, los anteojos y los lentes de contacto pueden ayudarlo a enfocar el mundo. Para algunos, la cirugía también puede ser una opción. Pero no es para todos. Los investigadores están buscando nuevas formas de predecir quién se beneficiará de las cirugías oculares correctivas.

Sus ojos funcionan como una cámara, enfocando la luz para capturar imágenes. La forma de su córnea, la cubierta transparente del ojo, está doblada. Esto le permite enfocar la luz en la parte posterior del ojo para crear una imagen. El proceso de doblar y enfocar la luz se llama refracción. Si la forma de su córnea no es perfecta, no puede enfocar la luz correctamente y es posible que tenga una visión borrosa o distorsionada. Estos se denominan errores de refracción.

“Los errores de refracción son la principal causa de pérdida de la visión en todo el mundo”, dice la Dra. Anat Galor, cirujana oftalmológica de la Universidad de Miami. Los errores de refracción pueden hacer que sea difícil ver objetos de cerca o de lejos, o a veces ambos.

Los anteojos o los lentes de contacto son las formas más comunes de corregir los errores de refracción. “A algunas personas les encantan los anteojos, pero a otras, no”, dice Galor. “Y no todos se sienten cómodos con los lentes de contacto”.

Los trabajos o las responsabilidades de algunas personas hacen que sea difícil depender de anteojos o lentes de contacto para la visión, explica el Dr. William Dupps, cirujano ocular de la Clínica Cleveland. Las personas que buscan otra opción pueden considerar la cirugía ocular refractiva.

El tipo más común de cirugía refractiva se llama LASIK. Otros métodos incluyen PRK y SMILE. Todos estos usan láseres para cambiar la forma de la córnea. Difieren ligeramente en cómo y dónde el láser elimina el tejido.

Otros procedimientos funcionan en el cristalino dentro del ojo en lugar de en la córnea. Un cirujano puede colocar un cristalino adicional frente al existente o quitar y reemplazar el cristalino existente.

Para ser candidato para la cirugía, su refracción debe ser estable. Eso significa que la graduación de sus anteojos no puede cambiar con el tiempo. La forma del ojo también cambia a medida que usted crece. Por lo tanto, la cirugía refractiva no se considera hasta que tenga al menos 18 años. Algunas condiciones de salud y otros problemas oculares también hacen que la cirugía refractiva sea insegura (ver el recuadro de Elecciones sabias).

La cirugía ocular refractiva no necesariamente le dará una visión perfecta, señala Dupps. “El escenario más común es que lo llevamos al nivel de visión que tenía con sus anteojos o lentes de contacto, pero sin los anteojos o los lentes de contacto”.

Algunos efectos secundarios son normales después de la cirugía ocular refractiva. Estos incluyen ojos secos, dolor, sensibilidad a la luz y visión borrosa o doble. Estos generalmente desaparecen con el tiempo. Algunas personas pueden necesitar un segundo procedimiento para corregir la borrosidad restante, dice Dupps.

En raras ocasiones, los efectos secundarios pueden ser permanentes o la cirugía refractiva puede empeorar la visión. Tanto Galor como Dupps están investigando formas de predecir quién es probable que desarrolle tales efectos, para poder evitar estos procedimientos.

Galor y una colega, la Dra. Sue Aicher, están tratando de encontrar moléculas en las lágrimas que puedan medirse para predecir el riesgo de sequedad ocular o dolor después de la cirugía. Dupps está utilizando imágenes para encontrar cambios tempranos en la forma y la fuerza del ojo que podrían hacer que la cirugía sea riesgosa.

Si tiene problemas para ver con claridad, hable con un oftalmólogo. Puede verificar si hay errores de refracción y otros problemas de la vista durante un examen completo de la vista. También puede referirlo a un especialista en cirugía refractiva.