Extractos de nuestra conversación con la doctora Ashley Gearhardt, sicóloga de la Universidad de Míchigan, que estudia la alimentación compulsiva.

Muchos investigadores científicos intentan entender el consumo compulsivo de alimentos ultraprocesados y qué similitudes puede tener con la adicción a las drogas y a las bebidas alcohólicas. Aún no sabemos la respuesta con certeza. La doctora Gearhardt dirige estudios para entender mejor esta importante pregunta de investigación científica.

NIHNiH: ¿Qué son los alimentos ultraprocesados?

Gearhardt: Son alimentos como las galletas, los bocadillos salados, los productos horneados, las pizzas congeladas, los sándwiches de rotisería y las salchichas. Son baratos, prácticos y usualmente no perecederos. Son fácilmente accesibles y han sido diseñados para ser muy sabrosos. Es una categoría muy amplia, pero, en general, vemos que implica alrededor del 60 % del suministro diario de alimentos para los estadounidenses.

NIHNiH: ¿En qué se parecen los alimentos ultraprocesados a las drogas adictivas?

Gearhardt: Muchas veces las personas se sienten motivadas a consumir alimentos ultraprocesados en exceso no porque necesiten calorías, sino porque buscan cambiar su estado de ánimo, obtener un estímulo placentero, sentirse menos estresadas o reducir su sensación de aburrimiento. Y los ingredientes que son más elevados en los alimentos ultraprocesados (carbohidratos refinados como el azúcar, o las grasas añadidas) activan los centros de recompensa del cerebro de maneras que parecen ser similares a sustancias como la nicotina o el alcohol. Las personas suelen sentir antojos intensos de consumir estos alimentos ultraprocesados. Es uno de los grandes obstáculos para seguir dietas más saludables. Y realmente involucra los mismos circuitos cerebrales cuando tenemos antojos de drogas y de cuando tenemos antojos de estos alimentos ultraprocesados.

NIHNiH: ¿Qué tienen los alimentos ultraprocesados que le hace pensar que podrían ser adictivos, como las drogas?

Gearhardt: Sabemos que no todas las drogas son adictivas. Las drogas que proporcionan rápidamente altas dosis de ingredientes gratificantes al cuerpo y al cerebro son las adictivas. Es por eso que un parche de nicotina que administra una dosis lenta y constante de nicotina no tiene el potencial adictivo de un cigarrillo. La berenjena contiene nicotina, pero nadie come berenjenas de forma adictiva para obtener nicotina porque no se absorbe rápidamente en el cuerpo, y la dosis es baja.

Cuando se analizan las drogas altamente adictivas, casi todas están hechas por el ser humano, o al menos han sido refinadas por el ser humano. No hay un árbol de cigarrillos, no hay un río de vino. Tomamos una hoja, una planta, una papa, y las modificamos, procesamos y refinamos de forma que estos ingredientes de refuerzo lleguen rápidamente al cerebro. Las frutas y los frutos secos no nos dan dosis superaltas de carbohidratos y grasa. No son fáciles de digerir y absorber en el sistema. Una banana contiene carbohidratos, pero también fibra y agua. Y lleva un tiempo comerla, y lleva un tiempo digerirla.

Imagine que se sienta e intenta comerse una gran cantidad de bananas. Comerá una banana, y se sentirá lleno. Cuando usted obtiene el mismo nivel de carbohidratos, pero de golosinas, es como si el azúcar entrara directamente en el estómago y en el cerebro. Creo que nuestro cerebro nunca evolucionó para manejar este tipo de mecanismo de entrega de estos ingredientes. Los frenos son bastante débiles cuando se trata de decirnos que hemos comido demasiado.

NIHNiH: ¿Qué aconsejaría a las personas que están intentado alimentarse mejor?

Gearhardt:  En este momento, decimos algo así como “simplemente coma estos alimentos con moderación”. Y para las personas para las que el consumo de estos alimentos se ha convertido en una conducta compulsiva, es como decirles a las personas con trastorno por consumo de bebidas alcohólicas que simplemente encuentren una manera de beber con moderación. Especialmente en un entorno alimentario como el nuestro, en el que usted está constantemente provocado e incitado. Así que sugiero a las personas que intenten tratarse a sí mismas con compasión. Nuestros cerebros todavía están en la Edad de Piedra y les preocupa que no consumamos suficientes calorías. Y nuestra tecnología alimentaria ahora está diseñada y construida para seducirlo, para hacer que sea difícil comer estos alimentos con moderación, y para provocar antojos. Eso no significa que no deba intentar cambiar. Pero no debería odiarse por pasarla mal en este entorno alimentario.